La meta está clara: las grandes ciudades de occidente aspiran a poder respirar un aire mejor que el actual y a proporcionar mejor calidad de vida a sus vecinos. Para eso, muchos ayuntamientos están en estos momentos tomando medidas tendentes a la restricción del tránsito del vehículo privado y a la limitación de emisiones contaminantes de la flota del transporte público.

En España, los habitantes de las seis capitales más pobladas (Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, Zaragoza y Málaga) apoyan el fomento del uso de la bicicleta y la peatonalización de ciertas zonas del centro urbano, pero se muestran reticentes a que se limite por norma la circulación de vehículos en días alternos y rechazan la fijación de peajes urbanos.

Esta es la conclusión del último estudio Ulises, realizado por MyWord para 20minutos, con el patrocinio de Ibercaja, que mide la opinión de la ciudadanía sobre las medidas a futuro que plantean los ayuntamientos para resolver tres de los grandes retos actuales de las urbes españolas: la mala calidad del aire, el exceso de tráfico rodado y la avalancha de turistas en los centros urbanos.

En el capítulo medioambiental, MyWord pidió a los ciudadanos que, pensando en su lugar de residencia, valorasen si estaban a favor o en contra con una serie de medidas relacionadas con el control del tráfico rodado. Las dos medidas con más aceptación, de 6,36 y 6,35 sobre 10, respectivamente fueron peatonalizar ciertas zonas del centro y ampliar los carriles bici. La circulación en días alternos cosechó un suspenso, 4,02 sobre 10, y aun más rechazo causó el establecimiento de peajes a vehículos privados como el que ha puesto en marcha Londres. Esta idea aquí no cala. Puntuó 3,55, sobre una escala de 10.

Por ciudades, Sevilla es la que más apoya la promoción del uso de la bicicleta y la que ve con mejores ojos la peatonalización de ciertas zonas del centro de la ciudad. Por sexos, las mujeres son las más favorables a todas estas medidas para racionalizar el tráfico rodado. En cuanto a grupos de edad, el espacio para la bici en la ciudad lo defienden prioritariamente los jóvenes, mientras los mayores son los que presentan mayores resistencias a cualquiera de las cuatro medidas.

Los ciudadanos ven bien que sus ayuntamientos amplíen la electrificación a toda la red de transporte público, un compromiso que ya ha adquirido para 2030 Barcelona y que progresivamente quiere conseguir Madrid, tal y como contempla su recién aprobado Plan A de calidad del aire. Ésta es la medida más popular para mejorar el medioambiente, y recibe una aceptación de 7,46 sobre 10. Le sigue la idea de apostar por generar y suministrar energía de origen 100% renovable, vía creación de una eléctrica municipal, por ejemplo, con un apoyo de 6,85. Y el aumento del uso de energías limpias "aunque suponga pagar más impuestos" (6,03). En último lugar, la medida más impopular es la que contempla la obligación, "bajo multa", de la separación de residuos domésticos, que puntúa 5,48. 

Los votantes del PP son los más reacios a cualquiera de las limitaciones al tránsito rodado en las ciudades, mientras que los de Unidos Podemos y las confluencias son los más partidarios de su implementación, aunque tampoco ellos terminan de aprobar el peaje al vehículo privado. En materia de medio ambiente, Unidos Podemos son los que más valoran todas las medidas propuestas.

En último lugar el estudio de MyWord aborda las posibles medidas que pueden tomar los Ayuntamientos para atajar los inconvenientes de un turismo masificado en los centros urbanos. De las tres iniciativas propuestas -limitar la oferta de vivienda turística, establecer tasas al turista o suspender los proyectos de hoteles nuevos- tan solo la primera cosecha un aprobado general, pero raspado (5,66), porque las dos últimas suspenden (4,36 y 3,51, respectivamente). 

Por ciudades, Barcelona, donde es mayor el padecimiento por la turistización, es la capital que mejor vería limitar la oferta de pisos para turistas (7,31), mientras qeu en Zaragoza no perciben que esto sea necesario (4,66). Una vez más los más favorables a una tasa turística vuelven a ser los barceloneses (6,59), que además son los únicos que la aprueban, como suspender la construcción de nuevos hoteles (5,15).

Las personas en edades comprendidas entre 25 y 44 años, las que más dificultades de acceso a la vivienda sufren, son también las que más favorecen las medidas contra el uso de pisos turísticos. Mientras que por voto emitido en las últimas elecciones, Unidos Podemos destaca como partido con más turismofobia, en claro contraste con el Partido Popular, cuyos votantes no aprobarían ninguna de las tres medidas propuestas.

El servicio municipal que mayor satisfacción genera en los ciudadanos de las seis urbes más pobladas de España es la eliminación de barreras arquitectónicas. Es el único asunto que cosecha una satisfacción superior a 5 sobre 10 (5,04, concretamente). En el resto de materias el grado de satisfacción ni siquiera alcanza el aprobado: los ayuntamientos suspenden en el control de la contaminación atmosférica (4,72), también la recogida de basuras y la limpieza de las calles (4,70) y en la participación ciudadana en las decisiones importantes de las ciudades (4,58).

Por ciudades, Zaragoza es la que más satisfecha está con la eliminación de barreras. Pero Madrid la que menos. El control de la contaminación recibe mejor valoración en Zaragoza y en Valencia que en Sevilla, Málaga, Barcelona y, en última posición, Madrid. El sistema de recogida de basuras se granjea más alta valoración en Barcelona, y una vez más son los madrileños los más críticos. Sin embargo, en la participación popular los madrileños son los más satisfechos, aunque no alcancen el aprobado, sí obtienen mejor nota (4,83) que los malagueños, por ejemplo (4,01).