Ser gay y rechazarse a uno mismo

Ser gay y rechazarse a uno mismo no es algo descabellado. Varios estudios demuestran que la homofobia está estrechamente unida a la homosexualidad reprimida y a la opresión del colectivo de gays y lesbianas. Quizá sea una cuestión de educación, ya que todavía hay familias donde el rechazo hacia los homosexuales crea un rechazo por parte de la propia persona hacia su tendencia sexual

Hasta hace unas décadas, en España, ser homosexual no solo erauna lacra de la persona con una tendencia 'desviada', también lo era dela propia familia. Desde el conservadurismo más profundo se advertía al menorque ser gay era una enfermedad mental. Crecer jugando al fútbol y con fotografías de Pamela Anderson en la pared hacían del chaval un varón más queasentado pero quizás, en lo más profundo de sí mismo, le encantaría que en vezde la imagen de la rubia fuera la de Alejandro Sanz.

El contexto social donde nos desarrollemos incide en nuestraforma de pensar y actuar. Desde pequeños vamos formando nuestra personalidad yson muchos los factores que influyen en ella a la hora de tener una conducta uotra. Hoy en día avanzamos hacia una sociedad con menos prejuicios perono por ello menos discriminatoria con algunos colectivos. Ser adolescente y gay olesbiana no debería ser un tabú en el siglo XXI, pero hay familias dondeel rechazo hacia los homosexuales crea un rechazo por parte de la propia persona hacia su tendencia sexual.

Negación y opresión

Varios estudios llevados a cabo por la Universidad de Essenen Europa y la de California en EEUU demuestran cómo la aversión hacia lahomosexualidad tiene mucho que ver con personas a las que les encantaría podertener una relación con alguien de su propio sexo. Sin embargo, el contexto social en el que han crecido y en el que seguramente sigan viviendo no les permitirá teneruna vida sexual plena.

En este caso aparece la opresión contra su propiatendencia y la negación a sí mismo. En ocasiones este enfrentamiento entre el 'yo'que los demás quieren que sea y el 'yo' que realmente soy puede llevar a la persona a tener conductas agresivas contra los demás y contra sí mismo.

Quitarse el caparazón hetero que ha cubierto el cuerpodurante años y gritar al mundo que eres gay no debería suponer a día de hoy un problema.  No obstante, todavía hay demasiadas personas que piensan que la homosexualidad es unaconducta sexual desviada e incluso una enfermedad mental.

A mí, personalmente, nome gusta nada la expresión 'salir del armario'. Ninguno deberíamos salir deninguna parte, pero si podríamos encerrar bajo llave y candado a aquellos que juzganlas tendencias sexuales del otro sin darse cuenta de lasconsecuencias que pueden tener en la vida de las personas.

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