Una alarma chirriante, puertas que se abren de forma repentina y un chorro de agua helada. Estas serán las medidas antisexo de las que dispondrán los baños públicos de la localidad costera de Porthcawl (Gales, Reino Unido).

Tal y como informa Press Association, los baños públicos de Griffin Park se sustituirán por modelos que impidan la "actividad sexual inapropiada y el vandalismo". Se trata de una medida que costará al ayuntamiento unos 200.000 dólares (alrededor de 180.000 euros). Los usuarios pagarán una tarifa aún por determinar, tal y como informa el diario cardifiano WalesOnline.

Entre sus características están los sensores de movimiento colocados dentro de los inodoros, que serán una respuesta a la actividad "violenta". También los sensores de peso constatarán la entrada de más de una persona.

Por otro lado, estos inodoros se han diseñado para impedir que las personas sin hogar se refugien en ellos: si alguien permanece demasiado tiempo en el inodoro, se reproducirá un mensaje de advertencia y las luces y la calefacción se apagarán.

"Si alguien no tiene hogar y está lo suficientemente desesperado como para dormir en baños públicos, necesita ayuda, no tecnología para ahuyentarlo", tuiteó un usuario en Twitter.

La idea no ha sido bien acogida por todos los ciudadanos. "Los galeses no han pensado en las personas de diferentes tamaños, ancianos y personas con niños", critica otra usuaria.

Otros, en cambio, se lo toman con humor: "Necesitamos esto en la Casa Blanca", "solo habrá espacio para un pequeño poni" o "mostrad una foto de Elizabeth Warren dentro y problema resuelto" se lee entre los mensajes.

Esta medida dispone además de un limpiador de piso y pared de alta presión, que podría ponerse en marcha después de usarse el inodoro. Por las noches, tendría lugar un proceso de "limpieza profunda" de diez minutos de duración.

El ayuntamiento de Porthcawl defiende su interés en crear una ciudad "excelente para vivir, trabajar y visitar".