Pike Carlson, un niño de ocho años de la localidad de Bailey (Colorado, Estados Unidos), se hallaba en el jardín trasero de su casa jugando con su hermano cuando decidió bajar una colina al encuentro de un vecino y, en el trayecto, fue atacado por un puma. Después de permanecer con la cabeza entre las fauces del animal, lo que le ha obligado someterse a varias cirugías reconstructivas, el pequeño ha contado su experiencia.
El niño, que sufrió el ataque el pasado 21 de agosto, relata que, en su intento por zafarse de la presa del puma, trató de agarrar cualquier cosa que le permitiese defenderse. En su empeño por escapar de las fauces del animal, Pike alcanzó un palo que intentó clavarle en el ojo al felino, sin éxito, puesto que terminó por romperse.
Mientras el niño luchaba por su vida, su hermano, Gage, corrió a avisar a su padre. Cuando Ron Carlson llegó al lugar del ataque armado con un cuchillo, comprobó cómo su hijo colgaba debajo de un árbol de las fauces del animal, al que finalmente logró ahuyentar.
Tras el ataque, el niño estaba cubierto de sangre, narra el padre, y uno de los lados de la cara del pequeño estaba completamente desgarrado, por lo que ha tenido que someterse ya a dos cirugías. Posiblemente Pike deberá ser operado de nuevo para reconstruir el párpado afectado por el embate.
El puma, que pudo ser identificado por las muestras tomadas al pequeño y a su padre, fue sacrificado después del incidente junto con otro ejemplar, según el departamento de Parques de Colorado.
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