Becky Crandley es una madre de Sittingbourne, Kent (Reino Unido), que el curso pasado recibió quejas de los profesores de su hijo, actualmente en octavo curso (menos de 13 años), por su mal comportamiento en clase, en concreto, por hablar mal a sus docentes. Becky amenazó al chico con presentarse en el colegio si continuaba con su actitud.
Al inicio del curso, los profesores de su hijo de nuevo mostraron sus quejas. Y Becky decidió cumplir su amenaza: un día se presentó en el aula de su hijo y ante su estupor, se sentó a su lado, para evitar que el chaval siguiera portándose mal.
"La mala educación y la falta de respeto no las puedo soportar", declaró la madre a Kent Live. "Ha sido castigado un montón de veces, pero parece que nada le molestaba", añadió. Por eso, decidió contactar con el colegio y se ofreció a presentarse en clase para sentarse a su lado. El colegio aceptó.
Becky ha recibido felicitaciones de otros padres de la escuela por su decisión.
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