Las fiestas del porno

«Un coito en directo para mí ha resultado ser lo menos erótico del mundo», cuenta Sara Gil tras su experiencia en el Salón Erótico de Valencia. La ciudad se vistió 'de corto' para desnudar a las protagonistas del cine porno bajo la atenta mirada de pocos pero curiosos espectadores

Ni frío ni calor. Es esa rara sensación que te dejan las cosas cuando no han levantado ningún sentimiento en ti. No sé si será por lo mediatizado que está el sexo o por dedicarme a hablar a diario de ello, pero pensaba que ver en vivo y en directo un espectáculo de estas características me llamaría mucho más la atención. La verdad es que como ser humano, y como todo asistente a esta feria, me picaba la curiosidad de poder contemplar determinadas cosas que sólo podemos ver en este tipo de lugares.

Un coito en directo para mí ha resultado ser lo menos erótico del mundo y a pesar de que os pueda parecer un símil poco adecuado, me recordaba bastante a los apareamientos entre animales de los documentales de sobremesa.

Amabilidad y respeto

No todo en el Salón Erótico era porno en directo, también encontrabas zonas BDSM sin demasiado público, tiendas de lencería erótica y golosinas, productoras y cabeceras de revistas X y mujeres y hombres esculturales (en su mayoría) paseando de un lado para otro. Cabe destacar la amabilidad y cercanía de los actores, siempre dispuestos a abrirte las puertas de camerinos o escenarios y sin ningún tapujo a la hora de hablar de sexo (obviamente).

Importante decir que el respeto del público era palpable, asistentes en solitario (en su mayoría hombres) que contrastaba con el paseo de parejas que se habían dejado caer por allí para aprender cosas nuevas o especializarse en otras.

Lo que sí es cierto es que pronto veremos subidas multitud de imágenes a webs y páginas porno de lo vivido encima de los escenarios del Salón Erótico de Valencia, pues más que una convención de sexo parecía una de cámaras y móviles de última generación. Grabaciones y fotos debían inmortalizar el momento para más tarde demostrar a los amigos que realmente habían estado presentes en estas orgías sexuales.

Cuestión de intimidad

Mi conclusión es que el sexo es excitante cuando tiene el plus de la intimidad, exclusividad y puerta cerrada. Seguro que a cualquiera de los allí presentes les excitaría más ver una situación en donde una pareja pasa un buen rato en la parte trasera de un coche que subidas a un stand. Lo mismo ocurre al mirar de frente a la chica que se masturba delante de la webcam. En casa mantienes el anonimato y el secretismo que regalan endorfinas a la acción.

El porno está hecho para pasar un buen rato a solas o en compañía y para los que no somos ni actores ni exhibicionistas. Quedarte con las ganas de disfrutar o guardar tu placer cuando rememores los momentos grabados en el móvil quita erotismo a la situación.

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