Un ingeniero de Melbourne (Australia) ha denunciado a su exsupervisor por "tirarse pedos sobre él" y ahora está en trámites judiciales después de que el juez determinase que el empleado no fue intimidado.

David Hingst demandó a su jefe en 2017 y pidió una indemnización de 1,8 millones de dólares (casi 900.000 euros), pero el juez consideró que no hubo intimidación por parte del superior, así que desestimó la causa.

El hombre de 56 años ha recurrido al Tribunal de Apelación este lunes donde defendió que "la flatulencia era una forma de acoso", tal y como informa News.com. "Yo podía estar sentado con la cara contra la pared y el entrar en la habitación, que era pequeña y no tenía ventanas, tirarse un pedo detrás de mí e irse de allí. Así, como cinco o seis veces al día", detalló el ingeniero.

Sin embargo, el señor Short (el supervisor) negó en la audiencia original negó las declaraciones de su exempleado, aunque sí reconoció que podía haberlo hecho "una o dos veces". "No puedo recordar. No recuerdo haberlo hecho, pero tampoco puedo asegurar que no lo hice o que sí. Simplemente no me acuerdo", alegó. Lo que sí que reconoció Short fue que, de haberse tirado pedos sobre Hingst no sería "con la intención de angustiarle o acosarle".

Otro exempleado, Phillip Hamilton, aseguró al tribunal que recordaba las veces que Hingst "se ofendió bastante" por este tipo de cosas: "Hubo incidentes en los que Short se acercaba a la impresora, que estaba a mi lado y al lado de Hingst, y se tiraba pedos. Esto pasaba con mucha frecuencia".

Un día, harto de que eso ocurriera, Hingst cogió un desodorante y roció a su supervisor con él. Defendió este comportamiento en el juicio contando que las flatulencias le habían causado un "estrés severo". Habrá que esperar para saber si el nuevo juicio le dará la razón a Hingst o, de nuevo a su exsupervisor.