Si antes se temía por lo que pudieran hacer nuestros futuros esposos en la despedida de soltero, ahora son ellos los que deben echarse a temblar cuando su chica sale por la puerta con un pene a modo de gorro en la cabeza.

Lo de la stripper es algo que se ha llevado siempre. Los hombres (perdón), el hombre al que la chica le hace el desnudo suele morirse de la vergüenza (o al menos es lo que dicen para dejarnos más tranquilas). Entre tanto, el resto de comensales disfruta viendo cómo se contonea la chica.

Desde hace pocos años, la balanza se ha ido equilibrando y las mujeres también reciben la visita de un bailarín que deja sus atributos al desnudo. Sinceramente, no me gustaría nada que un hombre al que no conozco me colocara el miembro en la cara, pero eso es cuestión de gustos. Ahora, ellos apuestan más por el 'paintball' o los deportes de aventura, pero... ¿qué es lo que hacen las mujeres?

Como siempre digo, nosotras somos más discretas. En una despedida de soltera, lo que pasa en el barco, en el barco se queda. No me refiero sólo a la novia, también al resto de chicas, suegras o madres (estas dos últimas totalmente prescindibles en estas 'last parties'). Además, siempre hay una amiga que lleva muchos años con su pareja y quiere tocar, probar o beber más de la cuenta.

Lo bueno en las mujeres es que la discreción hará que la cosa nunca vaya más allá de los recuerdos. Ellos, aunque hagan la mitad de lo que ellas hacen, no sólo lo hablarán, sino que también lo exaltarán, tirándose piedras sobre su propio tejado.

A pesar de que para ellos y ellas sea una noche donde todo está más que admitido, para mí es una noche más. Ante todo, debes ser muy consciente de las cosas que haces. Puedes cargarte una relación por la tontería de pasarte de la raya. Aquí los cuernos no están justificados, de hecho no están ni delimitados ¿Tocar los pechos de la bailarina o manusear al 'boy' sería una infidelidad? Desde mi punto de vista, sí. Infidelidad es cualquier falta de respeto que cometas hacia tu pareja y que tenga que ver con el deseo sexual y carnal hacia otras personas.

La tradición es la tradición, y a pesar de que hay algunas que no me gustan nada (como los toros), se seguirán celebrando. Recordad que las despedidas de soltero y soltera no siempre se deben convertir en despedidas de conciencia, a no ser que lo hecho no te permita recordar la noche más 'hardcore' de tu vida.