Cosas (chungas) que ocurren en la pareja cuando se decide vivir juntos

De vivir en casa de los padres a compartir un mismo techo. Al dicho de 'te casaste, la cagaste' le ha relevado el de 'juntos pero no revueltos'. Algo pasa en la pareja en el momento que toca compartir piso. Durante los primeros días, semanas... la cosa parece ir viento en popa pero, de repente, como de la nada, comienzan a surgir esas pequeñas manías que, sin paciencia, pueden llegar a ser el principio del fin

Esto puede parecer un alegato 'hater' contra la convivencia. Y es que en realidad, ¡lo es! Pero cero dramas.

Dejar de utilizar Facebook en la cama 

Es una de las premisas principales que hay que asumir cuando uno se va de casa. Por dos razones. La primera: si eres tú quién visita las redes sociales mientras el otro intenta dormir te echará en cara que es tarde, que la luz hace daño a los ojos, que estás viciado y hasta un sin fin de frases que te hagan sentir tal mal que te lleven a apagar el teléfono. En segundo lugar: tu pareja se une a ti e intenta ver tu Facebook pero mientras tu misión en esta red social es meramente lúdica para el otro será informativa, verá quién te escribe, te etiqueta o tu última foto en compañía de algo más que un ex... ¡Adiós a las redes sociales!

La tele ahora es objeto de disputas

¡Con lo bien que se vivía quedando los domingos para ver una peli entre mantas y palomitas! Ahora uno quiere ver el fútbol, el otro Gran Hermano o simplemente hacer zapping. Cuánto mal han hecho las plataformas de pago (léase en sentido irónico). Mientras antes solo se podía zapear sobre seis canales ahora más de cien al servicio del dueño del mando... Lo mejor en estos casos, echarlo a cara o cruz. 

Hay prendas que van solas hasta la cesta de la ropa sucia 

Los tangas y los calcetines de repente se convierten en esos extraños compañeros de piso que una vez usados se depositan en cualquier parte menos en la lavadora. Eso sí, mientras que los tangas suelen quedarse en el bidé o en un lugar recóndito de la casa, lo calcetines aparecen en mitad del suelo del salón.

Toque de queda tras la salida del trabajo 

¿Tomamos unas cañas después del curro? Amigos y amigas, esto se acabó. Ahora toca salir pitando, coger el coche y presentarte en casa como si no hubiera un mañana. La cena ahora es compartida. El mando de la tele no.

Mentirijillas más curradas 

Esta afirmación aparece en el momento en el que sí te quedas a tomar una caña. Claro que si en el trabajo te exigen el parte médico cuando estás enfermo, en casa debes someterte al test de la verdad. ¿Por qué te quedaste? ¿Te van a devolver las horas? ¿Qué es lo que hiciste? Antes de tomarte esas cervezas recuerda maquinar el plan perfecto para que quién te espera en casa no te pille con el carrito del helado.

De repente dejáis de contaros vuestra vida

Un día, de la noche a la mañana, las conversaciones se basan en la cesta de la compra, la ropa del tinte o la comida de los domingos. Los amigos en común serán cada vez menos en común y sólo vendrán a casa cuando uno de los dos falte. Se supone que la convivencia une a la pareja pero permanecer bajo un mismo techo puede llegar a saturar la relación. Además, ya se sabe que hablar en balde acaba en disputa y para enfado, el del mando a distancia.

Hacerse el dormido cuando llega tarde 

Pero al día siguiente echarlo en cara. Suena la puerta. Tu chico o tu chica ha salido de fiesta y miras la hora en el teléfono. ''Las 6:30... y eso que no se iba a liar''. En el momento que llega a la cama haces como que duermes pero realmente estás maquinando la forma con la que mañana le preguntarás en que lugares estuvo la noche anterior... Los celos son un ''sin vivir'',  ¡y lo sabes!

Las conversaciones se realizan en el ala oeste del apartamento

Como si se tratara de la Casa Blanca ahora tu pareja, con la que debes compartir todo, no puede escuchar la conversación con tu mejor amigo. Es cierto, tampoco lo podía hacer antes pero la diferencia es que en la convivencia single nadie ponía el oído, y ahora, hay que andar a pies juntillas, no sea que se entere de algo por una inoportuna llamada de la mejor amiga.

El sexo se esfuma como por arte de magia

¡Pero si estabais deseando vivir juntos para estar todo el día dándole como los bonobos! La convivencia en pareja puede hacer que la monotonía afecte a la falta de interés por la pareja y por lo tanto al sexo. No hablamos de sexo por el número de veces que se practica sino por la calidad del mismo. Hacer la ranita y quedarse dormidos no es sexo del que mola. 

Desarrollo de un sexto sentido para los ruidos 

Todo era idealización hasta que le escapa un pedete entre las sábanas. Por no hablar de los ronquidos infernales. Los ruidos siempre han estado ahí, solo que antes se hacía la vista gorda. Perdón... el oído menos fino.

Eso sí, ahora no importan los ruidos en el baño

¿Dónde quedó esa pareja que iba al servicio de forma individual? Sinceramente creo que ver como tu chica o chico hace las necesidades delante de uno le resta romanticismo a la pareja. El momento 'baño' debe ser íntimo, o al menos acompañarlo del iPad o del móvil.

CONCLUSIÓN

Amigas, amigos, en la vida hay que ser listos. Con lo bien que se vive con papá y con mamá y sobre todo cuando uno es joven. No hay necesidad de tirar la casa por la ventana o la relación por la borda. La convivencia en pareja es igual o más difícil que con otras personas. La paciencia es un don que ayuda a subsanar todos los malentendidos que propicien situaciones como las anteriores. El amor también. Por eso, espera a tener amor y paciencia para empezar a mirar un hogar para el que cosas sólo discutáis con cosas como el mando, pero no con el de la tele, sino con el del vibrador.

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