Cincuenta sombras de Grey

La trilogía erótica ha revolucionado las mesitas de noche de muchas mujeres. Ellos miran con recelo la novela cuando sus chicas tardan en acostarse. Cuando lo hacen, vuelven mordiéndose el labio

Cuántas mujeres hemos sucumbido a los encantos de este joven empresario de Seattle llamado Christian Grey. No sólo su belleza o posición social nos han cautivado, que también, sino la forma de tratar a una mujer como si no hubiera otra en el mundo.

Ese personaje es el único hombre en el planeta que sabe cómo interpretar las señales femeninas, que cuando no queremos que vengáis estamos deseando estar a vuestro lado o que a veces nos gusta que la fiera nos domine...

Son muchos los hombres que no entienden la envergadura de esta novela. Siempre que hablo de ella con varones me dicen que si ellos fueran o tuvieran la capacidad económica del personaje también se 'llevarían de calle' a jovencitas vírgenes que perdieran la cabeza por ellos. En ese momento es cuando os volvéis materialistas e insensibles, actuando de una manera totalmente contraria a lo que nosotras esperábamos.

Grey, para hombres

Por ello, yo siempre he dicho que esta trilogía está destinada a hombres más que a mujeres. Desde mi punto de vista, es un manual de cómo queremos que sea nuestro amante ideal. El roce con la locura a las chicas nos vuelve aún más locas.

Esta sumisión asumida es sensual a la vez que excitante. ¿Quién no quisiera tener un cuarto rojo en su casa? ¿Quién no sueña con un momento de sexo en el ascensor? ¿A quién no le encantaría ser exhibicionista por una noche?

Amigos, dad las gracias a Christian Grey por habernos leído el pensamiento y haced caso de sus enseñanzas. Nosotras estaremos más que satisfechas y dispuestas a complacer a nuestras parejas.

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