
El cuerpo humano es un prodigio de la naturaleza, y los huesos desempeñan un papel crucial en su funcionamiento. Más allá de su función estructural, los huesos son protectores, almacenan minerales, generan células sanguíneas y permiten realizar movimientos.
A lo largo de este artículo, nos sumergiremos en el fascinante mundo de los huesos del cuerpo humano, explorando su cantidad, composición y funciones. También aprenderemos cómo cuidarlos adecuadamente para mantener un esqueleto fuerte y saludable a lo largo de nuestra vida.
El número de huesos varía según la edad
A lo largo de nuestro crecimiento y maduración, el número de huesos en el cuerpo experimenta cambios significativos. Al nacer, contamos con aproximadamente 300 huesos, pero a medida que cumplimos años, muchos de ellos se fusionan. Es en torno a los 25 años, cuando el desarrollo óseo se completa, y el número de huesos se reduce a aproximadamente 206 en los adultos.
Esta cifra puede variar ligeramente según las personas, ya que algunas pueden tener más o menos huesos sesamoideos (pequeños huesos que se forman dentro de los tendones) o más o menos vértebras debido a anomalías congénitas o fusiones patológicas.
Tipos de huesos
El sistema esquelético se compone de diferentes tipos de huesos que desempeñan roles específicos en nuestro cuerpo. Estos incluyen:
- Huesos largos
Son aquellos que tienen mayor longitud que anchura. Estos huesos se encuentran principalmente en las extremidades superiores e inferiores, como el fémur, el húmero o las falanges. Su función es soportar el peso del cuerpo y facilitar los movimientos.
- Huesos planos
Son los huesos que tienen forma aplanada y delgada. Los huesos planos se ubican en la cabeza, el tórax y la pelvis. Su función es proteger los órganos internos y ofrecer amplias superficies para la inserción de músculos.
- Huesos cortos
Tienen aproximadamente la misma longitud que anchura. Estos huesos, presentes en las muñecas y los tobillos, brindan estabilidad y permiten una amplia gama de movimientos articulares.
- Huesos irregulares
Los huesos irregulares, como su nombre indica, tienen formas complejas y variables que no se ajustan a las categorías mencionadas. Estos huesos componen las vértebras de la columna vertebral, el cráneo, la cara o los huesos del cuello. Protegen los órganos y participan en el movimiento.
- Huesos sesamoideos
Son huesos con forma redondeada u ovalada, ubicados en manos, pies y rodillas. Su representante más conocido es la rótula. Los huesos sesamoideos se forman dentro de algunos tendones y su función es protegerlos del desgaste y aumentar su palanca.

¿De qué están hechos los huesos?
Los huesos están compuestos principalmente por tejido óseo, un tipo de tejido conectivo especializado que tiene una gran cantidad de calcio, fósforo y colágeno.
Esta combinación de elementos confiere a los huesos su resistencia, flexibilidad y capacidad de regeneración.
Los huesos del cuerpo humano no solo consisten en tejido óseo, sino que también contienen la médula ósea en su interior, donde se producen células sanguíneas esenciales como los glóbulos rojos, los glóbulos blancos y las plaquetas.
En la superficie externa de los huesos se encuentra una capa delgada llamada periostio, que proporciona nutrición y sirve como punto de inserción para tendones y ligamentos, permitiendo así la movilidad y estabilidad del esqueleto.
¿Qué funciones tienen los huesos?
Además de su función mecánica, que da forma y sostiene el cuerpo, los huesos tienen muchas otras utilidades como son la función metabólica, liberando minerales como el calcio y el fósforo al torrente sanguíneo, imprescindibles para el funcionamiento de células y otros tejidos.
También proporcionan una función hematopoyética, es decir, alojan la médula ósea, el lugar donde se producen las células sanguíneas y que son fundamentales para transportar el oxígeno y los nutrientes.
Y no podemos olvidar su función protectora, especialmente en la caja torácica y el cráneo, donde brindan una barrera protectora alrededor de órganos vitales como el corazón, los pulmones o el cerebro.
Consejos para cuidarse los huesos
Los huesos son estructuras que se renuevan constantemente a lo largo de la vida. Sin embargo, con el paso del tiempo, pueden sufrir alteraciones que afecten a su calidad y resistencia. Por esto, es muy importante cuidar la salud ósea desde edades tempranas.
Para mantener los huesos fuertes y saludables es importante llevar una dieta equilibrada y consumir alimentos ricos en calcio, como lácteos, verduras y frutos secos. También debemos incluir en la dieta alimentos ricos en vitamina D, como el pescado azul y los huevos.
Otra recomendación para cuidar los huesos es hacer ejercicio físico de forma regular. Los ejercicios o actividades que impliquen carga o impacto directo sobre los huesos, como caminar, correr o levantar pesas, estimulan la producción del tejido óseo y mejoran la densidad mineral.
Finalmente, pero no por ello menos importante, si queremos mantener en óptimas condiciones nuestra estructura ósea hay que evitar hábitos nocivos. Fumar, beber alcohol, el sedentarismo, una dieta desequilibrada o abusar de ciertos medicamentos interfieren con el metabolismo y nos hacen perder masa en los huesos.
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