En ocasiones el ser humano se ve obligado a meditar para calmar su rutina. Encontrar el sitio idóneo para realizarlo puede no ser fácil. Sin embargo, hay personas que lo hacen en lugares tan surrealistas como inesperados para el resto de la sociedad.

Un anciano decidió realizar su rutina de meditación en un canal de agua sucia en Bangkok, Tailandia. Los transeúntes que pasaban por allí, al verlo sumergido, creyeron que se trataba de un cadáver. 

La gente, al observar un cuerpo rígido flotando en un agua visiblemente sucia y rodeado de basura, se amontonó para intentar concluir de qué se trataba. La gran mayoría creía que era un cadáver, por lo que decidieron llamar a la policía. 

Antes de que las autoridades llegaran, algunos ciudadanos intentaron llamar su atención para ver si estaba muerto o no. Un joven decidió bajar al agua sucia y desplazarse por la basura y el barro hasta que tocó el cuerpo y el anciano dio señales de vida.

"¡Pensamos que ya estaba muerto! Todos gritaban, pero él no se movía", dijo posteriormente el rescatista a los periodistas locales que se interesaron por la historia. Además, desveló: "Cuando alguien trató de sacarlo del agua, de repente habló. Dijo que solo estaba meditando".

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Tras sacar al hombre del sucio canal, lo examinaron en una ambulancia para ver en qué condiciones se encontraba. Lo encontraron en perfecto estado y sin sustancias, pero le recomendaron que encontrase otro lugar para meditar.