Cualquier conocedor de los juegos de rol de tablero sabrá que empezar una partida de Dragones y mazmorras puede hipotecar tu vida, sobre todo en cuanto al tiempo que duran las aventuras. Pero, en el caso de la partida de Robert Wardhaugh, esta frase va mucho más allá.

Solo tenía 11 años cuando, en el año 1982, comenzó como dungeon master -una especie de narrador de la partida-, pero en la actualidad, 40 años después, su aventura aún sigue muy viva, ya que como director puede guionizar la historia y llevarla como desee.

En estos años, Wardhaugh, que actualmente es profesor de Historia de la Western University de Canadá, se compró una casa con un gran sótano para poder desplegar todos los mapas, personajes y accesorios para representar el mundo de Dragones y mazmorras.

Tal y como él mismo cuenta en su página web, tiene más de 30.000 miniaturas y demás coleccionables como casas, árboles o montañas que él mismo ha pintado a mano.

En estas cuatro décadas, han jugado unas 50 personas que han manejado alrededor de 500 personajes. Y, tras cientos de muertes en la historia, los jugadores han ido creando nuevos aventureros, algunos de los cuales eran incluso los descendientes de sus personajes antiguos.

Pero los hijos no solo han estado presentes en la ficción, también en la vida real, pues Robert Wardhaugh tuvo una hija que comenzó a jugar a los 6 años. Y, actualmente, a sus 20, sigue participando en estas partidas que realizan una o dos veces por semana.

Y, además de ella, también quiere jugar su novio, pero su padre le ha dicho que, si en el futuro rompía con su hija, igualmente tendría que seguir jugando con su personaje y la seguiría viendo.