Condenan a un dentista por dañar los dientes de sus pacientes para poder cobrar por arreglárselos

Imagen de archivo de una mujer en la consulta de un dentista.
Imagen de archivo de una mujer en la consulta de un dentista.
DIEGO CERVO / GTRES
Imagen de archivo de una mujer en la consulta de un dentista.

Scott Chamolli, dentista de Wisconsin, se enfrenta a penas de cárcel por un delito contra la salud pública después de que fuera declarado culpable por dañar intencionadamente los dientes de sus pacientes para obtener más beneficios.

El fallo declaró al estadounidense de 61 años culpable de cinco de los siete cargos de fraude a la Sanidad que se le imputaban, por lo que el veredicto final que tendrá lugar el próximo 17 de junio podría condenarle con hasta 20 años de prisión, aunque es probable que finalmente la sentencia sea más leve.

Al parecer, Chamolli ganó millones de dólares taladrando o rompiendo los dientes de sus clientes a propósito para cobrarles más después para arreglárselo. Según el fiscal, el dentista presionaba a los pacientes para que se sometieran a estos procedimientos después de dañarlos, a pesar de que ellos tenían los dientes bien anteriormente.

"Algunos de estos pacientes eran personas extremadamente vulnerables, con relaciones abusivas, que habían enviudado recientemente, que habían sobrevivido al cáncer y que vivían a duras penas para poder pagar los copagos requeridos para los procedimientos innecesarios que él facturaba", comentó la fiscal en el juicio.

Fue en 2019 cuando comenzó este proceso legal, pues fue el año en el que el dentista decidió vender su consulta. En ese momento, los nuevos propietarios vieron los expedientes y se percataron del exagerado número de intervenciones que se realizaron durante los tres años anteriores.

Entre algunas de estas sospechas destacaban la colocación de coronas, pues Scott Chamolli realizó 1.600 en 20 meses. El odontólogo elaboraba una media de 32 por cada 100 clientes, mientras que lo común son seis por cada 100, según la compañía de seguros que participó en el juicio.

Tal y como informan los medios locales, una antigua asistente testificó en el litigio y, aunque llevaba poco en la profesión, se sorprendió de que el volumen de trabajo fuera tan exagerado después de que el dentista consultara con una empresa de marketing que le recomendó vender más servicios.

Por su parte, la defensa alegó que lo único que había hecho el acusado era "trabajar duro", pues "su riqueza está ganada con mucho esfuerzo durante muchos años de práctica odontológica" en los que ha trabajado de 40 a 60 horas semanales.

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