El desgarrador motivo por el que esta anciana lleva su móvil a reparar: "Llevo un año que mis hijos no me contestan"

Aurora Hernández desconsolada porque sus hijos no le llaman.
Aurora Hernández desconsolada porque sus hijos no le llaman.
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Aurora Hernández desconsolada porque sus hijos no le llaman.

Los técnicos que arreglan teléfonos se habrán encontrado averías de todo tipo, desde dispositivos mojados hasta golpes en la pantalla. Sin embargo, la visita de Aurora Hernández a una tienda de reparación fue muy diferente y enterneció al vendedor, que quiso ayudarla arreglándole su problema, sin necesidad de reparar el móvil.

La historia de esta anciana se ha hecho viral recientemente gracias a la difusión de un vídeo de concienciación que, aunque se trata de una recreación, está basado en hechos reales.

La mujer acudió a la Plaza de la Tecnología, centro comercial de Ciudad de México, para pedir que repararan su teléfono por un simple motivo: "Es que llevo un año, o más, que mis hijos no me contestan. El móvil no funciona, porque, ¿cómo no me van a hablar mis hijos?".

El dependiente al que se acercó Aurora Hernández le contestó, directamente, que le cobraría 1.500 pesos (unos 65 euros), cantidad que la mujer no podía pagar. Sin embargo, antes de marcharse, el técnico de la tienda de al lado, que estaba escuchando, le pidió que se acercara.

La mujer, echándose a llorar, le contó su problema: "Yo lo que quiero es hablar con mis hijos...". "Yo se lo reparo. No se preocupe, déjemelo aquí. Por el precio ni se preocupe", le respondió el experto.

Entonces, después de que la mujer se marchara, el hombre miró el teléfono y vio que no tenía ningún problema con las llamadas. Por tanto, llamó al que parecía ser el hijo de Aurora.

"Hola, mucho gusto. ¿Aurora Hernández es tu mamá? Me trajo un móvil a arreglar porque no funciona, pero sí funciona. Lo único que quiere es poder hablar con ustedes", le explicó. "No sé si puede hacerle ese milagro. Le doy mis datos y todo por si quiere venir a verla".

Y, efectivamente, así fue. Días después, la anciana volvió a recoger su móvil acompañada de su hijo. "No le entraban las llamadas", dijo el dependiente, guardando el secreto. Además, no quiso cobrarle nada por el falso arreglo del teléfono, aunque Hernández quiso comprarle algo en compensación.

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