Un gato negro llevaba días vagabundeando por Fort Plain (Estados Unidos) cuando un hombre decidió llevarle al refugio de animales de la zona. Allí lo limpiaron y comprobaron si llevaba puesto un microchip. Efectivamente, lo tenía, y así descubrieron que se trataba de Dex y que su hogar estaba a más de 300 kilómetros de donde se encontraban.

Cómo logró el gatito llegar desde Williamsport, Pensilvania, hasta el estado de Nueva York es aún una incógnita. Los responsables del albergue se pusieron en contacto con los propietarios de Dex, que se mostraron encantados de encontrar por fin a su mascota, a la que habían perdido la pista hacía tres meses.

Desde el refugio compartieron la tierna historia en Facebook, principalmente para concienciar a los dueños sobre la importancia de implantar microchips en sus animales para poder identificarles: "Gracias a estos chips se han recuperado mascotas después de muchos meses y a cientos de kilómetros de distancia".

La publicación se ha llenado de comentarios de alegría por el feliz desenlace de la historia y animando a la gente a poner estos identificadores a sus mascotas. "Es increíble lo lejos que pueden viajar cuatro patitas", se sorprendía uno, mientras que otro apuntaba: "Veis, los gatos negros son afortunados".