Con las nuevas series y sagas cinematográficas de moda, son muchos los padres que deciden nombrar a sus hijos como algún personaje mítico: desde Maeve y Otis de Sex Education, pasando por Kylio (Star Wars) y llegando, incluso, a Daenerys (Juego de Tronos). Sin embargo, el bloguero Nick Winter ha encontrado una inspiración menos convencional para el nombre de su hijo: utilizó un algoritmo matemático.

Efectivamente, esta pareja ha demostrado que se pueden utilizar las matemáticas para determinar algo como el nombre de un bebé. Les llevó paciencia, mucha investigación, tiempo y un poco de trabajo, eso sí.

En primer lugar, descargó en su ordenador toda la base de datos de la Seguridad Social, que contenía 93.600 nombres que se han utilizado más de cinco veces desde 1880.

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A continuación, escribió su propia aplicación web que clasificó todos los nombres según 12 criterios de clasificación algorítmica: le permitía especificar qué puntos eran importantes para él y cuáles no. En su blog, ha especificado: "Para mí, esta era la forma obvia de hacerlo. Rápidamente revisé unos 3.600 de los 93.600 nombres, me gustaron 76 y detesté el resto".

La futura madre, Chloe, hizo unos 3.700 nombres diferentes, por sus distintas preferencias, y le gustaron 81 de ellos. "Luego revisamos los de la otra, a menudo utilizando la prueba del teléfono, en la que finges responder al teléfono con tu nombre", ha concretado, añadiendo que esto les dejó con unos 15 nombres de, mayoritariamente, chicas.

Para tomar la decisión final, ambos pusieron sus opciones favoritas, calculadas por la aplicación web, en una nota adhesiva en la nevera y fueron quitando los que no querían hasta que sólo quedaron dos. 

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Los dos ganadores fueron Hazel y Max y, poco después, Chloe dio a luz a un niño, así se quedaron con Max. Un método útil, pero no muy apto para los menos pacientes de la casa. Siempre quedará, por fortuna, la opción mas clásica: preguntar por consejo a los conocidos más cercanos a la hora de decidir un nombre.