Una familia se reencuentra milagrosamente con su perrita 11 años después de que desapareciera

Imagen de archivo de un perro Jack Russell.
Imagen de archivo de un perro Jack Russell.
PIXABAY
Imagen de archivo de un perro Jack Russell.

Sarah Covell y su familia vivieron una triste pérdida a los tres meses de tener a Crumpet, su cachorrita de Jack Russell. La perrita desapareció de su jardín en 2010 y, tras un año buscándola, finalmente perdieron la esperanza de encontrarla. Hasta que este mes de junio, 11 años después, pudieron volver a verla.

Crumpet estaba jugando con Totty, otra de sus mascotas, en el jardín trasero de casa mientras Sarah, que actualmente tiene 57 años, cuidaba de los caballos de una vecina. Pero, al volver, la cachorrita había desaparecido y, por más que la llamaran, no acudía.

La familia, de Sherborne (Inglaterra), comenzó su búsqueda colgando carteles, ofreciendo 300 libras (unos 350 euros) a quien la encontrara, acudiendo a la asociación de perros perdidos, repartiendo folletos, llamando a la compañía de los microchips y haciendo batidas por el pueblo, pero nada surtió efecto y perdieron la esperanza.

"Era muy inusual que Crumpet se escapara, nunca lo había hecho antes y se encariñó mucho con mi perra mayor, que era una especie de madre para ella", aseguró al diario británico Mirror. "No es normal que se haya escapado, pero era muy simpática y probablemente no me habría enterado si alguien hubiera entrado en mi casa [para llevársela]".

Sin embargo, el pasado 12 de junio, 11 años después, recibieron la llamada de un veterinario de urgencias que les informó de que habían encontrado a su perrita en un campo de golf a pocos kilómetros de su casa. "Mi reacción al recibir la llamada fue de ligera incredulidad, la verdad", explicó Sarah. "Ni siquiera sabíamos si la reconoceríamos tras 11 años".

"Pero, obviamente, en cuanto la vimos, se puso a contonearse y mover la cola y salió corriendo hacia nosotros", añadió la dueña. "Pensamos que si alguien se la había llevado, con suerte la habrían cuidado, pero eso es lo más triste: no la han cuidado. Siento que la han abandonado. Ha tenido cachorros y ahora necesita mucho trabajo médico, no parece que haya ido nunca al veterinario".

"Sus orejas estaban muy infectadas, realmente inflamadas con enormes bultos en ellas. La operaron el lunes y dijeron que estaba completamente sorda, pobrecita", explicó. "Si la hubieran llevado antes al veterinario seguro que ahora no estaría sorda. Creo que la han descuidado, es criminal que le hayan dejado las orejas así porque eso tiene fácil solución. Ahora va a tener que estar con esteroides el resto de su vida".

Aun así, parece que Crumpet sigue siendo la misma perrita que con tres meses, igual de dulce y amable con los médicos y con su familia. Por eso, Sarah está encantada de haber podido recuperarla, aunque haya sido 11 años después, y orgullosa de haberle puesto el microchip: "Es una muy buena lección para cualquiera: hay que ponerle el microchip a tu perro y mantener los datos actualizados".

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