El camión de bomberos con dos reactores de avión que se convirtió en leyenda en la Guerra del Golfo

Big Wind
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Big Wind

A finales de los 80 los soviéticos habían ideado un sistema para apagar incendios de pozos de gas y petróleo e incluso para despejar aeródromos de nieve usando el aire proyectado por un motor a reacción de un caza de combate MiG-15 montado sobre un camión grande.

Cuando en 1991, con la Guerra del Golfo ya casi sentenciada y el ejército iraquí en retirada e incendiando más de 700 pozos de petróleo kuwaitíes, hacía falta algo capaz de apagar esas llamas de más de 90 metros y 1.100 grados de temperatura. 

Inspirados en la idea rusa, la empresa húngara MB Drilling desarrolló el Big Wind, un camión de bomberos que se componía por una carrocería de un carro de combate soviético T-34 de la Segunda Guerra Mundial y en lugar del cañón, en la torreta, dos motores de avión de combate MiG-21 y seis boquillas de agua de alta presión. 

Resultó un frankenstein muy eficaz, pues logró apagar en poco tiempo los nueve pozos de petróleo en los que se utilizó. 

Su capacidad proviene de los motores, capaces de ejercer 12.246 kilos de empuje, expulsando 130.002 litros cúbicos de aire por minuto a una velocidad de alrededor de 1.239 kilómetros por hora. 

Ese aire proyecta a su vez el agua a presión de las boquillas, enfriando el origen de las llamas y privando de oxígeno a las mismas, mientras que interrumpe el flujo de petróleo y lo separa de las llamas, haciendo que deje de arder. 

Y aunque no ha vuelto a hacer falta desde entonces (no puede usarse en incendios convencionales porque causaría destrozos importantes) el gigante petrolero húngaro MOL Group aún asegura que el Big Wind todavía está en servicio como el "extintor de incendios" de la compañía.

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