Alba Nevado, la azafata de Fitur rechazada porque la empresa que la contrató no tenía uniformes de su talla

  • La joven narró su mala experiencia en su perfil de Instagram y la marca se ha disculpado con ella.
Alba Nevado contó su historia en Instagram.
Alba Nevado contó su historia en Instagram.
ALBA.NEVADO / INSTAGRAM
Alba Nevado contó su historia en Instagram.

Los estándares de belleza y las tallas de ropa se han convertido en uno de los temas más polémicos en las redes sociales. La última en sufrir las consecuencias de la normatividad ha sido Alba Nevado, una enamorada de las artes escénicas que ha sido rechazada para un puesto de trabajo por no cumplir con las tallas de ropa estipuladas.

Alba, además, es actriz, autora y directora de la obra de teatro Las horas muertas que, hace solo un par de meses, se representaba en la sala OFF Latina de Madrid. Pero, como es lógico, la joven también quiere ganarse la vida con trabajos que le ayuden a salir adelante. Así, se preparó para ser una de las azafatas de la Feria Internacional del Turismo (FITUR) que tuvo lugar en el Ifema de Madrid y que acabó el domingo.

Su experiencia con Best Way, la empresa que la contrató, se ha hecho viral en las redes porque, como ella misma ha explicado, la situación ha sido impresionante: "En pleno año 2021 y siendo una época marcada por el supuesto aprendizaje del ser humano tras la vivencia de la pandemia, me he visto rechazada por mi talla y peso". Menos mal que de esta crisis sanitaria íbamos a salir mejores...

Alba fue rechazada en el trabajo porque el uniforme no le quedaba bien. La ropa era de talla única y, a pesar de que ella estaba perfectamente cualificada para el desempeño de la tarea, como viste una 46, no hubo opción. "Me habían contratado como azafata para estar en FITUR. Tuve la formación y me dieron un uniforme de talla única. Al llegar a casa me lo probé y no me estaba bien", explica Alba, devastada, al comienzo del vídeo que ha compartido en su perfil de Instagram.

Al comunicar su situación a los responsables de la marca, estos le dijeron que podían ofrecerle, como mucho, una talla 42 o bien podría acudir a trabajar con un traje negro. Al día siguiente, Alba entró a trabajar con una hora de antelación, interesada en resolver la situación cuanto antes, pero cundo la vieron, los responsables se refirieron a ella como "la del problema". "Como si tener una talla 46 fuese un problema", resume la joven.

Como es lógico, la talla 42 que le ofrecieron no le quedaba bien. Como segunda opción, le dieron un pantalón masculino "que como es más grande a lo mejor me está bien, pero tampoco". Después, los responsables fueron a mirar más tallas, pero no había. "Me dijeron que lo sienten mucho, pero que me mandan a mi casa porque no puedo trabajar sin uniforme. Como si el problema fuera mío". Recordemos, de esta, íbamos a salir mejores...

La joven ha denunciado que esta situación que ha tenido que vivir no es nada justa, pues está cualificada para el empleo: "Como si mi imagen fuese lo único que sirviera para trabajar en un puesto para el que sé que soy lo suficientemente válida". Además, Alba añade: "Como no encajo en el canon de belleza que a día de hoy conocemos, pues no tienen talla para mí, por tanto, no puedo trabajar".

Alba no dudó en compartir el vídeo, que grabó nada más salir del recinto ferial: "Te sientes como una auténtica mierda cuando no tienes el problema. Mi problema no es tener una talla 46, mi problema es que gente que ofrece un puesto de trabajo, sabiendo la talla que tengo, no esté preparada para asumir que tiene que tener un uniforme de esa talla para poder trabajar".

La repercusión del vídeo ha sido tan grande que, incluso, los responsables de Best Way se han puesto en contacto con Alba para disculparse con ella. En un segundo clip, la joven explica que tanto FITUR como Ifema se disculparon con ella, aunque señala: "Al final, ellos no me contrataron y se está viendo afectados indirectamente". También contó que Best Way la llamó y se disculparon por "el momento tan desagradable".

La empresa, según comenta Alba, ha intentado buscar una solución: "Me han ofrecido incorporarme con un uniforme distinto que pudiera valerme a un puesto en el que no llamase tanto la atención el hecho de no estar igual de uniformada, esto debido al protocolo de uniformidad que en la mayoría de empresas hay y yo he sido partícipe".

Sin embargo, la joven ha rechazado la oferta porque no se siente en buenas condiciones físicas y psicológicas para trabajar de cara al público. Best Way ha agregado que la falta de un uniforme de su talla se debió a la "escasez de fabricación y presupuesto en cuanto al uniforme. Todo esto, derivado por la crisis de la pandemia". Como ella dice, al menos le han dejado "las puertas abiertas de su agencia para volver". 

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