Liam Norton y cinco activistas más, todos parte del grupo contra el cambio climático Extinction Rebellion (XR), han sido acusados de obstruir carreteras cercanas a las instalaciones de Newsprinters en Broxbourne (Reino Unido), en un acto de desobediencia civil.
En este lugar se imprimen algunos periódicos británicos como el Times, el Daily Telegraph, el Daily Mail y el London Evening Standard. Estos pertenecen a la empresa News Corporation de Rupert Murdoch. El acto por parte de XR impidió que estos se entregasen el 4 de septiembre de 2020.
En el juicio, que continúa en marcha, Norton tuvo la ocurrencia de pegar sus manos con pegamento. Una de ellas a su teléfono móvil, con el que grabó parte de la sesión, y la otra a la mesa en la que estaba sentado.
Breaking: Liam, who is on trial for shutting down #Murdoch printworks to #FreeThePress last Sept. protested in court today.
— Extinction Rebellion UK 🌍 (@XRebellionUK) May 10, 2021
"The only response is to show contempt, as you show contempt to this planet, and to ordinary citizens right to try and expose criminality." pic.twitter.com/CtJ7jXxw8Z
Fue ese el momento que aprovechó para hacer un alegato, reproducido en el vídeo del tuit anterior. En él XR escribe: "Liam, que está siendo juzgado por el cierre de la imprenta #Murdoch a #FreeThePress el pasado septiembre, ha protestado hoy en el tribunal. 'La única respuesta es mostrar desprecio, ya que muestra desprecio a este planeta, y al derecho de los ciudadanos comunes a tratar de exponer la criminalidad'", dijo Norton en el juicio, afirmando además que tenía el móvil pegado a la mano con pegamento cuando la jueza pidió que se lo confiscaran.
Sally Fudge, la jueza dijo a BBC: "[El comportamiento del Sr. Norton] fue particularmente perturbador y considero que hay una alta probabilidad de que vuelva a ser perturbador si se le permite asistir a un juicio de nuevo".
Liam también tenía la mano pegada a la mesa en la que estaba sentado. Debido a sus declaraciones, y a la estrategia del pegamento y de llevar un antifaz rosa durante el juicio, se suspendió la sesión. La policía tardó dos horas en despegar al hombre de la mesa para sacarlo de la sala y poder continuar.
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