No se sabe si fue jugando al balón, por travesura o accidente pero Alejandro, un niño del que el único detalle que se conoce es su caligrafía, destrozó la luna trasera de un Wolkswagen negro que estaba aparcado junto a un taller en Palomares del Río (Sevilla).
En lugar de tomar el camino fácil y echar a correr para evitar el entuerto, Alejandro dejó una educada nota junto al cristal roto en la que pedía disculpas y dejaba los teléfonos móviles de sus padres para que el dueño del vehículo pudiera ponerse en contacto con ellos. "He roto sin querer su cristal. Soy Alejandro. Disculpe", dice el brevísimo texto.
La imagen ha salido a la luz porque la cuenta de Facebook de Talleres Cauro, el lugar donde se encontraba el coche siniestrado, se ha hecho eco al percatarse del suceso.
"No solo tenemos vandalismo en el pueblo, también hay niños con muy buena educación como este chiquillo. Al empezar nuestra segunda jornada laboral de hoy nos encontramos con este cristal de coche de un cliente roto y con esta nota. Gracias a la familia por el gesto de este chaval que se debe a una buena educación", escribían en dicha red social.
Aunque la mayoría de comentarios en la publicación consideran noble, honrado y de buena educación el gesto del chaval alguno ha puesto en duda que la reacción del joven viniera por iniciativa propia. "Sí claro, por su voluntad. Que lo habrá pillao algún vecino", comentaba un usuario.
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