Los hipopótamos de Pablo Escobar están invadiendo Colombia

  • El narcotraficante dejó un macho y tres hembras en 1993 y ya son más de ochenta ejemplares en libertad. 
Aunque no duerme tanto como otros animales que aparecen en esta lista, lo cierto es que sus 14 horas diarias tampoco están nada mal. Pese a su tradicional fiereza, esta especie parece muy adorable durante su descanso.
Hipopótamos, en una imagen de archivo.
Pixabay/christels
Aunque no duerme tanto como otros animales que aparecen en esta lista, lo cierto es que sus 14 horas diarias tampoco están nada mal. Pese a su tradicional fiereza, esta especie parece muy adorable durante su descanso.

Se tiende a dibujar a los hipopótamos como animales rechonchos y simpáticos, pero de eso, sólo es cierto lo de rechonchos, pues lo cierto es que son animales agresivos si se invade su entorno y además, fuera se éste, son una especie invasora de primer nivel. 

Eso lo saben bien en Colombia, donde sufren una plaga de estos animales, que provocan muchas muertes al año en los hábitat donde suelen estar. 

El narcotraficante Pablo Escobar pasó de contrabando a Colombia algo muy peligroso que todavía está teniendo un efecto devastador en algunas zonas del país: cuatro hipopótamos.

Cuando Escobar fue tiroteado cuando intentaba escapar en 1993, la colección de animales exóticos que tenía en su enorme finca fue reubicada en zoológicos pero el macho y las tres hembras de hipopótamos que tenía, de centenares de kilos de peso eran complejos de capturar, por lo que se les dejó libres en la selva.

Hoy en día ya son más de 80 ejemplares y podrían aumentar a casi 1.500 en las próximas dos décadas, según alertan los expertos. Estos animales han colonizado el río Magdalena y los lagos circundantes y amenazan con extenderse aún más según un estudio de impacto ambiental publicado en la revista Biological Conservation.

Uno de los primeros intentos del gobierno de sacrificar a estos mamíferos tuvo que ser detenido debido a la protesta pública, pues se han convertido en una atracción turística. Además, capturarlos, por su peso y agresividad, es complejo y en África no quieren acogerlos, pues desconfían de animales criados en otro lugar, por las enfermedades que pudieran tener. Esterilizarlos, la otra opción, es muy complejo, pues los hipopótamos machos tienen testículos retráctiles.

El problema no reside sólo en su agresividad (ya ha habido casos de ataques a granjeros locales) sino que están cambiando la composición del agua en la que habitan. 

Estos animales pasan la noche en el agua, donde hacen sus deposiciones y esos excrementos están cambiando la composición química del agua y los niveles de oxígeno. Eso hace proliferar  algas dañinas y bacterias que pueden poner en peligro la salud de personas y animales.

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