Desde que las mascarillas se convirtieron en un elemento de seguridad obligatorio las personas más preocupadas por la estética han buscado la manera de convertirlo también en un complemento y ahora se venden mascarillas de mil formas y colores.
Sin embargo, la mascarilla con forma de escroto es posiblemente la que ha logrado una cota más alta de originalidad y esperpento a partes iguales.
Esta mascarilla, hecha con silicona similar a la de las tetinas y chupetetes, se fabricó en un principio como una broma para una despedida de soltero.
Un profesional del diseño de prótesis fue en el cargado de idearlas y de los detalles técnicos y la empresa Billy's BallBags (literalmente, el escroto de Billy) la encargada de su fabricación.
En cuanto las fotos de esta mascarilla comenzaron a correr por internet se hicieron virales y los pedidos comenzaron a llegar hasta agotar la primera hornada de mascarillas escrotales.
Estas mascarillas, que no son un producto médico y no son transpirables, y por tanto no protegen del coronavirus, cuestan unos 33 euros. La propia empresa advierte: "El aire puede entrar y salir por los lados de la máscara, pero no recomendaría usarla durante períodos prolongados. ¡Es un producto de broma para divertirse y echar unas risas!", explican.
Y aunque parezca raro, la misma empresa fabricaba ya todo tipo de accesorios que reproducen los testículos humanos con su bolsa escrotal y gran realismo, desde llaveros a prótesis falsas.
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