Los empleados de un refugio en Australia observaron la curiosa reacción de un koala al ver que introducían en su jaula a un nuevo compañero.
George, el koala de unos diez u once años, comenzó a bramar y a babear ante la llegada de Iván, su nuevo compañero. La experiencia de George con otros koalas en el pasado provocó la mala reacción del marsupial.
"Nuestro gentil George no se puso contento cuando sintió el olor de Iván, nuestro koala en cuidado recién llegado", escribían desde el refugio en las redes sociales.
Las quejas de George fueron escuchadas por los cuidadores del refugio que decidieron colocar a Iván en un aviario destinado a los pájaros. Sin embargo, la jugada de George no fue del todo redonda, pues su alegría duró poco: los empleados, finalmente, optaron por trasladar a Iván al lugar de George puesto que, el recién llegado, al ser más joven, necesitaría más espacio para jugar.
Ahora, el koala George se encuentra conviviendo, de forma obligada y contra 'su voluntad', con los pájaros
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