Pese a que Banksy es el artista callejero más conocido, no es para nada el único. Jim Bachor es uno de esos raros artistas callejeros cuyas obras se pueden clasificar como arte y como servicio público.

El artista ve una oportunidad de crear un mosaico en cada bache que se encuentra con una técnica algo peculiar, y es que utiliza el mismo procedimiento que seguían los antiguos romanos.

Todo comenzó gracias a un viaje a la ciudad de Pompeya, donde Jim quedó maravillado ante la perdurabilidad de estos mosaicos en el tiempo. El guía turístico señaló una obra de arte de 2.000 años de antigüedad y dijo que, aunque se había colocado con mortero, las piezas de mármol y vidrio no se habían desvanecido. Este hecho de dejó impresionado y unos meses más tarde estaba en Italia aprendiendo los secretos de los antiguos mosaicos.

Los primeros años Jim lo tuvo solo como hobby, pero luego comenzó a aceptar encargos y en mayo de 2013 tuvo la idea de utilizar su habilidad para arreglar un molesto bache en su vecindario.

Al parecer, existía un molesto bache justo en frente de su casa que por más que lo arreglasen volvía a salir. La situación era muy molesta tanto para él como para sus vecinos, por lo que al final, después de mucho tiempo esperando a que por fin se arreglase, Jim siguió un sabio refrán: "si no puedes con tu enemigo, únete a él", y decidió utilizar su arte para que, ya que no podían deshacerse de él, al menos que fuera bonito.

Jim comenzó a hacer mosaicos en baches en su barrio natal, pero a medida que su trabajo comenzó a llamar más la atención, se expandió a otras áreas e incluso realizó algunos proyectos en otras ciudades importantes. Él dice que averiguar en qué baches trabajar puede ser complicado, ya que los que están lejos de su estudio llevan más tiempo, y los que viven en barrios más ricos tienden a ser reparados por la ciudad más rápido, a veces antes de que llegue allí.

Realizarlos en la calle es más difícil que hacerlo en su estudio y le llevó media docena de intentos el lograr hacerlo correctamente. Protegerlos durante unas horas antes de que se pusieran fue clave, por lo que comenzó a usar conos para dirigir el tráfico alrededor de sus obras de arte.

Cuando se le preguntó si alguna vez se había metido en problemas con las autoridades locales o la policía, el artista dijo que su único contacto indirecto con los funcionarios de la ciudad fue cuando el Chicago Tribune hizo un artículo sobre él y llamó a la ciudad para que parase. Dijeron que apreciaban el espíritu de su proyecto, pero que debía dejar los baches a los profesionales. Eso fue todo. La policía también ha sido respetuosa con sus mosaicos en baches, y algunos incluso lo felicitaron por su arte.