La directora de cine y documentales Isabel de Ocampo ganó el premio Goya al Mejor cortometraje de ficción por Miente en el año 2009. Con la estatuilla de un premio poco se puede hacer después de haberlo ganado, además de tenerlo en un sitio bien visible.
Pero a Ocampo sí que se le ocurrió que hacer con él. Cuenta la cineasta que un Goya es "un objeto fetichista. Se ha convertirlo en un icono, en un símbolo de los sueños cumplidos. Todo el mundo quiere hacerse una foto con él. Porque significa que has logrado algo grande", cuenta.
"Resulta que mi vecina la sanitaria, la que no tenía radiografías en casa, ya superó el coronavirus y se reincorporó a su puesto de trabajo en el Ramón y Cajal donde yo tenía un amigo ingresado", cuenta en un hilo de twitter Ocampo.
¿Qué hice? Ni corta ni perezosa metí mi Goya a remojo en agua con lejía, para que se desinfectara bien requetedesinfectao. Varias horas, lo tuve. Que ya son muchos años acumulando gérmenes... pic.twitter.com/CTg4kbvq0w
— Isabel de Ocampo (@IsabeldeO) April 16, 2020
"Ni corta ni perezosa metí mi Goya a remojo en agua con lejía, para que se desinfectara bien requetedesinfectao [...] lo envolví en una toalla limpia y se lo llevé, la pobre flipó bastante cuando abrió la puerta. No se lo creía. ¡Hay que decir, que practicamente nos hemos conocido el otro día en el balcón!", dice la ganadora del Goya.
Lo envolví en una toalla limpia y se lo llevé, la pobre flipó bastante cuando abrió la puerta. No se lo creía. Hay que decir, que practicamente nos hemos conocido el otro día en el balcón! pic.twitter.com/y6cEsdOt4X
— Isabel de Ocampo (@IsabeldeO) April 16, 2020
"Y las personas que están cuidando de nosotros; personal sanitario, limpieza, enfermeras, barrenderas, cajeras de supermercado (femenino inclusivo) y un largo etc. de buena gente se merecerían ganar un premio. Yo de momento les presto el mío", escribía Ocampo, que ponía imágenes de su vecina sanitaria con el premio Goya en sus manos, así como vídeos de otras personas con su estatuilla. ¿Y por qué?
Porque Isabel de Ocampo decidió decirle a la vecina "dejadlo en el hospital y se lo entregáis a quien buenamente os apetezca. Así que de vez en cuando, para distraerse entre tanto estrés, le entregan este objeto mágico que tiene la capacidad de subirle el ánimo muchísimo a quien lo recibe", explica.
Aprovechando el viaje del #Goya al hospital les hice un arroz con leche, que yo juraría que no me quedó muy bien pero a ellos les supo a gloria bendita, los pobres que como veis, en mitad de su agotamiendo no pierden la sonrisa. pic.twitter.com/7IDRHAW2eM
— Isabel de Ocampo (@IsabeldeO) April 16, 2020
Y su hilo es así, lleno de fotos y vídeos de su premio Goya circulando por el hospital, de habitación en habitación (debidamente desinfectado) y haciendo ilusión por doquier.
El otro día se me ocurrió una idea MUY LOCA y MUY DIVERTIDA. A ver si os animo el día. Resulta que mi vecina la sanitaria, la que no tenía radiografías en casa, ya superó el coronavirus y se reincorporó a su puesto de trabajo en el Ramón y Cajal donde yo tenía un amigo ingresado
— Isabel de Ocampo (@IsabeldeO) April 16, 2020
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