Jessica Myott es una joven británica de 25 años que acudió a una clínica estética para someterse a una inyección de bótox en el labio superior para aumentar su volumen. Lo que no sabía es que se iba a convertir en una pesadilla.
La joven, natural de Stockport, relató a The Sun su experiencia. Al día siguiente de la inyección empezó a sentir que se le inflamaba el labio, pero lo consideró normal. Pero un día después el dolor era insoportable y acudió al médico. Le dieron antibióticos pero no notaba mejoría. Visitó varios médicos y ninguno le daba solución.
Empezó a preocuparse porque notó nuevos síntomas: ardor tras un ojo y agua en un oído.
Acabó en el hospital de Wythenshawe, y allí el labio literalmente explotó. Le pusieron goteo intravenoso y le pusieron tres drenajes por abscesos en el labio. El pus le llegaba a los ojos.
Pasaron 9 meses hasta que estuvo recuperada. La joven recibió el reembolso completo de la inyección (unos 3.000 euros), pero asegura que ahora tiene ataques de pánico, miedo a las agujas y ha perdido sensibilidad en el labio.
'I feared I’d go blind after my lip exploded and spread oozing filler infection to my eye' #HadOurFilll https://t.co/uqhjjf7BDa
— The Sun (@TheSun) February 15, 2020
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