Este jueves, Michael, un niño huérfano de 5 años de Grand Rapids, Michigan (EE UU), tenía una cita muy especial: un tribunal decidía si la pareja con la que vivía en acogida desde hace un año iba a obtener la adopción legal. Ante tal importante día en su vida, Michael recibió apoyo extra: el de todos sus compañeros de la guardería, que estuvieron en la audiencia para arropar a su amiguito, informa CNN.

Fue iniciativa de la profesora de los peques, la señora McKee. Esta mujer pensó que sería buena idea que los niños acompañaran a Michael en su audiencia. Para ello confeccionaron unos corazones con un palo para agitarlos cuando concluyera el procedimiento.

La jueza aprovechó la presencia de los niños para recabar más información. Así, les preguntó qué significaba para ellos Michael y recibió respuestas como "es mi mejor amigo" o "amo a Michael".

Finalmente, la jueza aprobó la adopción y permitió que fuera el propio Michael el que golpeara con su maza para cerrar el caso, ante la algarabía de sus compañeros.