Un pensionista que vive cerca de una escuela está siendo invitado a almorzar casi diariamente con los alumnos para evitar que se sienta solo después de la muerte de su esposa, según informa la prensa local.

Cyril Aggett, de 86 años, asegura que ha luchado contra la falta de compañía desde la pérdida de su esposa Shirley, hace ya seis años. El intenso dolor de la soledad lo golpeó inmediatamente después de que acabara el funeral de su esposa y durante mucho tiempo no pudo encontrar la motivación ni siquiera para salir de casa.

Este adorable anciano vive cerca de la escuela secundaria Coombe Dean, en Plymouth, y cuando el personal y los alumnos se dieron cuenta de que no lo habían visto como de costumbre, lo llamaron para ver si estaba bien.

Lo invitaron a almorzar con ellos y ahora es una cara habitual en el comedor mientras comparte conversaciones con los escolares.

Cyril se mezcla y conversa con el personal y los alumnos durante la hora del almuerzo cuatro veces por semana, algo que, asegura, ha sido un salvavidas para él.

El anciano ha compartido sus experiencias con la soledad como parte de la campaña Be A Friend, de Plymouth Live. "Cuando vine por primera vez estaba hundido", recuerda.

Durante el mes siguiente a la muerte de Shirley, su esposa, Cyril se vio incapaz de salir de la casa, pero la escuela llamó para verificar que estaba bien y fue entonces cuando comenzó a almorzar allí casi diariamente.

Cyril asegura que el año pasado estuvo tentado de no querer levantarse de la cama nunca más. "Me levantaba a las 2 de la tarde", asegura. Sin embargo, visitar la escuela le ha ayudado a recuperar su amor por la vida. "Vengo aquí y veo a los niños. Muchos de ellos me hablan, hay un joven que se acerca y comparte muchos temas conmigo", dice encantado este pensionista.