
En 1931, un edificio de unas 11.000 toneladas y 35 metros de altura fue cambiado de sitio en Indiana. Lo curioso de la historia es que no hizo falta derribarlo, ni siquiera evacuarlo. Se movió con los trabajadores dentro. Es historia de la arquitectura.
Gizmodo recoge los detalles de esta historia. El edificio era la sede de Indiana Bell, una subsidiaria de AT&T. El edificio se había erigido en 1907 y tenía ocho plantas. En 1929, la Indiana Bell Telephone Company compró el edificio con la intención de derribarlo y crear uno más grande, pero se encontraron con un problema: no podían tirarlo porque proporcionaba un servicio esencial. Así que decidieron literalmente trasladarlo para dejar sitio y así poder erigir un nuevo edificio.
La obra fue idea del arquitecto Kurt Vonnegut y duró un mes. El edificio se movió 16 metros hacia el sur, se rotó 90 grados y luego se movió 30 metros hacia el oeste. Y durante todo el proceso, el edificio no dejó de funcionar.
Todos los cables y tuberías que daban servicio al edificio (telefonía, electricidad, gas, alcantarillado y agua) tuvieron que alargarse y flexibilizarse para que siguieran dando servicio, hasta el punto de que no se dejó de trabajar ni un solo día en el interior del edificio.
El edificio se movió con unos gatos gigantes accionados a mano, con apoyo de una máquina de vapor. Cada vez que bombeaban los gatos, el edificio se movía algo menos de 20 cm.
En este vídeo se ve la secuencia:
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