Torrijas al horno: dos ingredientes que les van a dar mucho más sabor

Llega la Semana Santa y con ella las ganas de torrijas. Durante siglos, fueron alimento de pobres y su sobriedad las convirtió en combustible perfecto -como el potaje de vigilia- para los días de Cuaresma, cuando la autoridad eclesiástica prohíbe comer carne.

Después de la Guerra Civil, la escasez y la obligatoriedad de conmemorar esta celebración religiosa confluyeron en este postre goloso y barato. Las torrijas son una elaboración fácil y perfecta para cocinar en familia.

Usemos pan de verdad; nada de barras precocinadas y congeladas

Ofrecen varias posibilidades a la hora de cocinarlas. Una de ellas es hacerlas al horno. Es sencillo. Los ingredientes de estas torrijas son los mismos que en la receta original, simplemente que quitamos el aceite.

Para no usar aceite también nos valdría tirar de la freidora de aire. Sabiendo controlar los tiempos nos van a salir muy bien. Pero esta vez estamos por usar el horno.

El pan, el remojo y el rebozado

El ingrediente básico, por supuesto, es el pan. Usemos pan de verdad; nada de barras precocinadas y congeladas. Ese tipo de pan que venden en una gasolinera, en un chino y en muchos supermercados, es pura goma al día de comprarlo.

Así que utilicemos pan de verdad, que no tiene que ser necesariamente de masa madre. Y mejor si es del día anterior (endurecido pero no duro).

Karlos Arguiñano tiene un truco para hacerlas más ligeras aún: quitar el rebozado y caramelizar las torrijas

Junto al pan, necesitamos leche, cáscara de naranja y/o limón, canela, huevo y azúcar. Empezaremos poniendo en un cazo la leche, junto a la cáscara de naranja y de limón, la canela y azúcar al gusto. Cuando se caliente retiramos y colamos.

Aparte, mojaremos las rebanadas de pan en leche y luego en huevo. Y, aquí está la diferencia al usar el horno, no hay nada que freír, sino que así (mojadas dos veces) las rebanadas van a la bandeja de horno (10 minutos por cada lado a 180ºC). Luego, ya enfriadas, echamos por encima azúcar o canela. Y a comer.

Pero aún podemos hacer hacerlas más ligeras. Karlos Arguiñano tiene un truco para ello, que es quitar el rebozado y caramelizar las torrijas. Para ello pondríamos las torrijas en un plato con azúcar y con un soplete de cocina iríamos tostando el azúcar hasta dorarlas. El caramelizado también lo podemos lograr con sartén.