La receta de pasta a la carbonara, no lleva nata; ni un poco siquiera. La salsa original se elabora con huevo, queso pecorino y guanciale, que es la carrillera de cerdo curada en pimienta negra. O sea, que tampoco lleva cebolla.
Podemos hacer una salsa con nata y cebolla para pasta (el otro día hicimos aquí unos espaguetis bien ricos) y seguramente estará bien sabrosa. Bien, pero no la llamemos carbonara.
Sólo nos podemos permitir un "pecado" para elaborar la vera receta italiana aquí en tierras hispanas: sustituir el guanciale (que la mayoría no va a encontrar) por panceta (sí, mejor panceta que bacon, que está ahumado). Básicamente, la carbonara es una salsa de yema de huevo y queso, a la que luego añadimos la panceta.
El tipo de pasta importa. Algunas salsas están pensadas para variedades de pasta corta y otras para pasta larga; algunas para lisa y otras para rayada. En el caso de la carbonara nos van muy bien los espagueti y los rigatoni (que son como un macarrón rayado) que absorben mejor la salsa.
Vamos a hacer pasta a la carbonara (la de verdad) por menos de 4 euros (precio aproximado para 4 comensales). Queríamos hacer unos rigatoni, pero para ajustar precios* los sustituimos por fusilli (unas hélices). Otro pecado (no nos van a leer en Italia, ¿verdad?): en lugar de pecorino o parmesano, el más asequible grana padano.
* Entre las variedades de pasta de marca blanca, las más baratas, abundan algunas, como macarrones, espaguetis o hélices, pero no es fácil que encontremos rigatoni.
Fusilli a la carbonara
Ingredientes
Fusilli (400 gr): 0,60 euros (paquete 500 gr, 0,76€)
Panceta (175 gr): 1,25 euros
Yema de huevo (4): 0,70 euros (docena 2€)
Queso grana padano (100 gr): 1,40 gr
Pimienta negra molida
Elaboración
En todas las recetas de pasta, la salsa se hace primero (la pasta no espera, la salsa sí). Pero en este caso una y otra cosa se hacen a la vez.
Ponemos a hervir agua con sal en una olla bien grande.
Cortamos la panceta en tiras y la doramos en una sartén grande sin aceite. Reservamos.
Cuando hierva el agua, añadimos la pasta y la cocemos como 1-2 minutos MENOS de lo que diga el fabricante.
Batimos las yemas de los huevos. Añadimos el queso rallado y pimienta negra al gusto.
OPCIONAL: podemos poner un par de cucharadas del agua de la cocción de la pasta para trabar la salsa.
Escurrimos la pasta y rápidamente (es importante) la echamos en la sartén donde estuvo la panceta.
Agregamos la mezcla de yema y queso. Mezclamos bien (el calor de la pasta hará que se impregne).
Añadimos la panceta doradita, un poco más de queso y de pimienta... ¡y ya estamos tardando en servir!
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