Los nutricionistas suelen recordar que enfriar el estómago tras las comidas siempre ayuda al organismo. Así que hay que comer helados ahora con el calor, pero también el resto del año. Todo en su medida (en plato de postre, que decía Grande Covián).
Si de helados saludables se trata, no hay mayor garantía que hacerlos (bien) en casa. Hacerlos puede requerir azúcar invertido, leche condensada o evaporada, crema queso... o no.
La receta minimalista de cualquier helado requiere menos ingredientes y más sencillos. A cambio, y a falta de heladera, sólo necesitamos maña y tiempo. El tiempo para estar pendiente y batir sobre batido, para de ese modo evitar que nuestro helado se llene de cristales de hielo.
Helado de limón y hierbabuena
Ingredientes
Limón (3)
Hierbabuena fresca
Azúcar (300 gr)
Agua (750 ml)
Elaboración
En un cazo mezclamos el agua y el azúcar, y ponemos al fuego.
Cuando hierba, echamos la hierbabuena y dejamos a fuego bajo 10 minutos.
Retiramos y dejamos reposar muchas horas (al menos 5).
Lavamos los limones.
Hacemos zumo con ellos y reservamos.
Nos quedamos con la piel de dos de los limones, quitándole lo blanco.
Colamos el almíbar y echamos el zumo de limón. Mezclamos.
Añadimos la piel de limón y un poco de hierbabuena, todo cortado muy fino.
Ponemos la mezcla en un recipiente (mejor si es metálico) y metemos 3 horas al congelador.
Cada 20-30 minutos lo sacamos y volvemos a batir para evitar que se formen cristales de hielo.
Y listo.
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