Después de casi dos décadas de relación con Inmaculada Núñez, el pasado 16 de septiembre el mediático presentador de Pesadilla en la cocina, anunciaba que habían dado el paso de casarse.
Aunque la ahora esposa del chef siempre se ha mantenido detrás de las cámaras, llevan trabajando mano a mano, prácticamente desde que se conocieron allá por 2004.
Fuera del mapa, el programa presentado por Roberto Leal, fue el lugar elegido por Chicote el pasado año para hacer un adelanto de su futuro compromiso, asegurado que era algo que se estaba planteando: "Me lo planteo. Me estoy sorprendiendo a mí mismo diciendo esto, pero sí, lo tengo en la cabeza y no tardaremos demasiado", le confesaba a Leal.
La ceremonia, que tuvo lugar en El Jaral de la Mira, una finca del cocinero Mario Sandoval en San Lorenzo de El Escorial, fue una celebración íntima, donde no faltaron familiares y amigos como Susana Griso, Roberto Brasero, Raúl Gómez, Andrea Ropero, Iñaki López o Roberto Leal, y donde el humorista Arturo González Campos ejerció como maestro de ceremonias.
El cochinillo, el plato principal
Chicote es uno de los cocineros más mediáticos de nuestro país, por lo que en su boda no podían faltar dos cosas: grandes genios de la cocina, y un menú a la altura.
Entre los invitados se dejaron ver chefs de la talla de Pepe Rodríguez, Jesús Sánchez, Paco Roncero, los hermanos Torres, o Mario Sandoval, que además ejercía de anfitrión.
En el menú elegido, Chicote decidió hacerle un guiño a su tierra, Segovia. Así que como no podía ser de otra manera, el cochinillo era el gran protagonista del menú, según informa El Norte de Castilla.
Pasar por Segovia y no comerse un buen plato de cochinillo es casi un pecado, y es que se trata de un exquisito y jugoso plato de carne que gusta a mayores y pequeños.
Un plato con mucha tradición
Uno de los restaurantes más icónicos para tomar cochinillo en Segovia es Mesón de Cándido, donde tradicionalmente y delante de los comensales, se corta el lechón con el canto de un plato. ¿De dónde viene esta tradición?
Existen varias versiones del origen de esta tradición tan emblemática en Segovia, pero todas atribuyen este invento a Cándido, el mítico asador segoviano cuyo restaurante estaba a los pies del acueducto.
Una de las versiones asegura que en una ocasión, cuando es hostelero iba a cortar el cochinillo para servir a sus clientes, se dio cuenta de que no tenía ningún cuchillo cerca, y por no parecer poco profesional, decidió coger un plato y utilizar el canto para partir la jugosa carne del lechón
La otra versión sobre el origen de esta tradición relata que, en esa tesitura, fue uno de los camareros quien retó al dueño del restaurante a cortar la carne con un plato, y este accedió ni corto ni perezoso. Pero después de realizar lo que con los años se convertiría en un ritual, a Cándido se le escurrió el plato de las manos y terminó rompiéndose en el suelo. "Hemos rematado la faena"- exclamó el hostelero, sin saber que en ese momento acababa de terminar de completar el ritual.
Con este ritual se pretende demostrar que el cochinillo está tan tierno y su piel tan crujiente, que no hace falta siquiera cubiertos para partirlo, ya que un par de golpes con el canto de un plato es suficiente.
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