Calbote o Magosto: cómo asar en casa las castañas de manera correcta

Castañas asadas.
Castañas asadas.
Imagen de Matthias Böckel en Pixabay.
Castañas asadas.

Llámalo Calbote, llámalo Magosto... sea como fuere, lo que está claro es que el día 1 de noviembre es para comer castañas asadas. Aunque la temporada de estos frutos por supuesto es mucho más amplia, nos encanta aprovechar las tradiciones y la mínima excusa para comernos unas cuántas castañas asadas. 

Las castañas y el fuego son los dos grandes iconos de esta celebración de origen celta que nació como un culto a la fecundidad y por la que se creía que en cada castaña había un alma liberada del purgatorio. 

El 1 de noviembre es un día para subir al campo con los amigos y preparar un pícnic donde, por supuesto no pueden faltar castañas para asar. Pero como la cosa no va de quimeras, es probable que ni tengas campo cerca si te encuentras en mitad de una ciudad y que aunque lo tengas, el tiempo no permita demasiada excursión rural. Por ello buscamos la manera de poder preparar unas deliciosas castañas asadas en casa y seguir con la tradición. 

Lo primero: elegir una buena castaña 

¿Todas las castañas sirven? Por supuesto, pero intentamos buscar siempre las mejores para conseguir un resultado perfecto. La materia prima juega un papel fundamental y por ello, cuando te acerques a comprar tus castañas tienes que buscar las que sean grandes y gordas, de color marrón pardas, que pesen y que sean brillantes. 

Es posible que en el mercado te encuentres algunas castañas agrietadas o con cortes. Huye de ellas, y de las que tienen agujeros también, ya que pueden tener algún bicho dentro y no nos apetece encontrarnos ninguna sorpresa. 

En cuanto al tamaño, o bien las cogemos todas más o menos del mismo calibre o bien las asamos en diferentes tandas, para evitar así que unas se pasen y otras se queden duras.

La previa al fuego

Una vez hayamos elegido -bien- el producto, llega el momento de poner las castañas a punto antes de echarlas al fuego. Antes de nada, limpia bien las castañas y con un cuchillo haz una pequeña incisión a lo largo y a lo ancho, para que no exploten cuando estén en el fuego. 

Con las castañas ya partidas, prepara un bol con agua tibia y mételas durante 10 o 15 minutos. De esta manera hidratamos el fruto y no se resecarán en exceso a la hora de asarlas. 

Fuego, brasa o sartén

Lo ideal es prepararlas en los rescoldos de una lumbre, ya sea en la chimenea o incluso en una barbacoa para conseguir ese sabor ahumado tan característico de las castañas en estas fechas, aunque siendo realistas no todo el mundo tiene la suerte de tener un rinconcito donde encender un fuego. 

Que no cunda el pánico, que como alternativa podemos utilizar una sartén. Lo ideal es que sea una sartén castañera para que penetre el humo, aunque también lo podemos hacer en una sartén normal a la vitrocerámica o al gas. 

Ya las hagamos en una sartén castañera o una de toda la vida, lo importante es no juntarlas demasiado entre ellas para que les pueda entrar el calor por todos lados. Dependiendo del tipo de castaña o del tamaño, tardarán aproximadamente entre 15 y 30 minutos en estar listas. Y luego cuidado, no seas impaciente y vayas a quemar. 

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