No deberías comer patatas a las que les salieron brotes: este es el motivo

Aunque por lo general son un alimento completamente seguro, las patatas contienen un tipo de toxina natural que, de acumularse, podría provocar un peligro para la salud.
Por qué no deberías comer patatas a las que les salieron brotes
Por qué no deberías comer patatas a las que les salieron brotes
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Por qué no deberías comer patatas a las que les salieron brotes

Las patatas son un alimento delicioso, nutritivo y versátil propio de la gastronomía en España: ya sean fritas, en puré u horneadas, son deliciosas en todas sus formas y nos permiten hacer los platos más variados. Además, esta especie herbácea tiene muchos beneficios para la salud, ya que las patatas son ricas en fibra, vitaminas y minerales. No obstante, y aunque por lo general sean alimentos completamente seguros, contienen un tipo de toxina natural que, de acumularse en exceso, podría provocar un peligro para la salud.

En concreto, las patatas albergan dos tipos de glicoalcaloides, ambas toxinas naturales, llamadas solanina y chaconina. Aunque una concentración normal de estas toxinas no es peligrosa, el exceso de ellas puede acarrearnos problemas en nuestra salud. Según explica Diana M. Pei, especialista en intoxicaciones, en la web Poison.org, la solanina y la chaconina pueden causar síntomas como vómitos, dolor abdominal, movimientos intestinales irregulares, diarrea, dolor de cabeza, confusión mental, enrojecimiento o rubor, confusión o fiebre. Por su parte, la OCU también alertó del riesgo para la salud de consumir patatas con brotes.

¿Qué pasa si comes patatas con brotes?

Aunque los glicoalcaloides están en toda la planta de la patata, su concentración más alta se encuentra en las hojas, las flores, la piel verde y los brotes. La aparición de brotes en nuestra patata, por lo tanto, significa que los niveles de toxinas son demasiado altos y ya no es segura para el consumo

Otros factores como los golpes, la baja temperatura de almacenamiento o la exposición a una luz brillante también pueden hacer que aumente el contenido de estas toxinas. Debemos tener en cuenta que cocinar las patatas, ya sea al horno, hervidas, fritas o en el microondas, no elimina los glicoalcaloides.

Un excesivo color verde en la piel de nuestro tubérculo también puede ser un indicador de un alto contenido de toxinas y, por tanto, de que ya no es apta para el consumo. Si, al coger nuestra patata, la piel se ve verdosa o hay brotes, lo mejor será quitar los brotes o tirar la patata entera, según la gravedad.

Patatas con brotes y zonas verdes
Patatas con brotes y zonas verdes
Anthony Boulton (iStock)

Consejos para prevenir problemas de salud

  • Comprar las patatas poco antes de cocinarlas. 
  • Inspeccionar bien las patatas en busca de brotes y cáscaras verdes. 
  • Guardar las patatas en un lugar fresco y oscuro. 
  • Retirar la piel antes de comerlas.
  • En caso de duda, a la basura.

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