Hablar de La Rioja Alavesa es hablar de paisajes de estampa, de lugares con encanto, de pueblos medievales conservados a la perfección, y por supuesto, es hablar de enoturismo.
La Rioja Alavesa son grandes bodegas de renombre que han llevado esta región al resto del mundo, pero también es cuna de pequeños productores, de talento joven y de una calidad exquisita.
Con el objetivo de llevar el producto de la tierra a lo más alto, el Basque Culinary Center y la Diputación de Álava quieren dar a conocer el talento joven, la excelencia y la innovación de los nuevos productores que están emergiendo en esta zona con tan alta calidad vitivinícola.
Con el objetivo de aunar talento alavés por los cuatro costados, ambas organizaciones han confiado en el talento de un alavés de tomo y lomo que sabe muy bien cómo maridar sus platos con el vino de su tierra.
Dos estrellas Michelin, tres soles en la Guía Repsol... hablar de Diego Guerrero es hablar de gastronomía de la buena. Pero también es hacerlo de raíces, de su Álava natal y del buen hacer en la cocina.
Dstage, Dspeak, DStop... el de Guerrero es un concepto 360º alrededor de la gastronomía, donde La Rioja Alavesa ha encontrado un lugar para presentar sus jovenes talentos al resto del mundo.
Cuatro vinos como hilos conductores de una experiencia sensorial
El sumiller Iñaki Suárez ha sido el encargado de elegir los cuatro "proyectos" con los que acompañar el menú explicando su procedencia, sus peculiaridades y la historia que existe detrás de cada uno de ellos.
Un vino que se llame Buscando el Paraíso nos hace spoiler de a dónde nos va a transportar. "Es un vino detrás del cual surgen muchos proyectos", comienzo a explicar el sumiller. "Este artesano de los vinos tiene una visión lírica y poética, una mirada tanto hacia su viña como hacia su forma de elaborar los vinos que no os va a dejar indiferentes".
Se trata de un vino de bodegas Gil Berzal, en Laguardia, y Buscando el Paraíso es la expresión más natural de todos los vinos que hace este maestro.
"La segunda propuesta nos lleva a Villabuena, y no es tanto la idea del terruño, sino la vinculación de las familias al terruño, de proyectos pequeños, de dimensión humana en tan solo 8 hectáreas" continúa Iñaki. "El segundo vino me apetecía compartirlo en una clave más estándar, como si fuese esa composición de jazz muy bien elaborada que termina siendo un modelo de uso que permite que otros muchos músicos lo interpreten. El segundo vino que os propongo está elaborado con variedad tradicional, con metodología tradicional, bien hecho, siendo un modelo perfectamente asumible para que otros intérpretes lo interpreten". Se trata de Finca Matapaja 2018 Autor, de Bodegas Basoco.
El tercer proyecto transporta a una secuencia totalmente distinta. David Sampedro es uno de los enólogos que en los últimos 10-12 años se convierte en una referencia, en un foco, en una manera de interpretar no solo la vinificación sino también la viticultura. "Para mí el tercer proyecto es un ejemplo de empatía, de filosofía y de respeto al terruño", comenta Suárez.
Se trata de Phinca Hapa 2018, de Bodegas Bhilar, con el la bodega no quiere expresar solo el terruaje, sino también la personalidad de sus dueños.
Para terminar el sumiller ha elegido una variedad Maturana, una variedad que hasta 2017 estaba dentro del reglamento en experimentación y que a partir de este año se habilita de forma completa. "Lo que os traigo es el primer proyecto de la comarca que se pone a trabajar esta variedad en serio, y sobre todo un proyecto en el que busco esencias de impacto y que nos lleve al mundo de la esencia, de la pimienta y al chocolate", sentencia el sumiller Ikañi Suárez refiriéndose a Muro Maturana 2017, de Bodegas Muro.
Diez platos como diez soles
Las creaciones de Diego Guerrero hablan por sí solas, y si bien no es difícil acertar, sí lo es buscar los matices perfectos en la maridación plato-vino. Aunque un maestro del calibre de Iñaki Suárez ha sabido hacerlo a la perfección.
Con un menú compuesto por 10 platos maridados con los cuatro vinos presentados previamente, la apuesta de Guerrero con los jóvenes productores es todo un éxito.
Calamar a la romana, Chorizo al txakolí, Pappardelle, Maíz/Kéfir, Piquillo, Shiitake, Anguila/Pollo, Pichón Koji, Hongo/Foie/Cebolla y Holadre Marino son los platos del recital de Diego Guerrero escogidos para la ocasión y maridados a la perfección con cuatro vinos de algunas de las bodegas que están emergiendo de La Rioja Alavesa.
Como suele ocurrir, en Dspeak más que platos se degustan emociones, sensaciones, lo que acompañado de un vino bien elegido -y en este caso lo es- supone todo un viaje por La Rioja Alavesa y lo increíble de su producto.
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