¿Cuánto estarías dispuesto a pagar por un buen tomate? A priori, todo el mundo respondería que mucho, cansados de esos tomates que no saben a nada y reivindicando esas piezas muchas veces grandes y feas, maduradas en planta y que realmente tienen un sabor interesante.
El tema es que ese mucho puede abarcar un margen de precios bastante más amplio de lo que igual creemos. Con precios de poco más de un euro hasta 6 o 7 euros el kilo en algunas variedades premium, los tomates Adela de la Cooperativa La Palma de Motril (Granada) pulverizan récords con un precio de 20 euros el kilo. En las tiendas donde se encuentran es fácil verlos incluso a 25 euros el kilo.
En una reciente visita por allí pudimos conocer su historia y probarlos. Sorprende de entrada que se alejan de la imagen habitual de otros tomates gourmet, grandes y carnosos. Los Amela son piezas pequeñas, muy regulares en tamaño y color (rojo con tonos rosáceos), de piel firme, pero fina y carne más bien prieta.
Variedad japonesa
"Bello por fuera, insólito por dentro", asegura la presentación oficial del que presume de ser el tomate gourmet más valorado en Japón. De allí viene esta codiciada variedad creada en 1996, y que se ha adaptado a los campos de Motril.
Aunque las piezas que catamos parecían estar algo más verdes de lo deseable como para poder apreciar todos los matices, lo interesante -apuntan los responsables de la compañía- es que se trata de un tomate que a la mordida casi parece una fruta.
La clave está en la combinación de dulzor -Amela, de hecho, significa dulce en un dialecto japonés- y un punto de acidez que aporta cierta sensación de frescor y enlaza con esa idea de recordar a una fruta. Por cierto, todos los tomates son una fruta en realidad.
Más allá del sabor, también se presenta como más saludable que un tomate común: un 25% más de polifenoles, 25% más de potasio y un 100% más de magnesio, según las cifras oficiales.
Los tomates más exclusivos
Aunque su precio sí que es bastante único, lo cierto es que el mercado de tomates gourmets cuenta con decenas de variedades. Cuesta encontrar, eso sí, alguna que se atreva a pasar de los 10 euros el kilo.
El año pasado, por ejemplo, el tomate de Aretxabaleta -una variedad de esta localidad de Gipuzkoa- fue elegido como el mejor del país en la Feria Nacional del Tomate Antiguo.
Más fácil de encontrar es el tomate Ibériko a unos 9 euros el kilo, y que también abandera un sabor dulce, aroma afrutado y mordida crujiente.
El Rosa de Barbastro -uno de nuestros preferidos- es excepcional en temporada. Ponerle precio es complicado, porque en la zona se puede encontrar excepcional a menos de 3 euros y en las grandes ciudades no es raro verlo a más de 5 o 6 euros el kilo.
La lista es larga y no para de crecer. Últimamente se ven bastante los tomates azules o morados, una variedad de Estados Unidos pero que también se ha empezado a cultivar en España.
Sorprende su color azulado -vinculado a una mayor presencia de antioxidantes- pero a más de 5 euros el kilo, la verdad es que los que hemos probado nunca han acabado de convencernos por ese precio.
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