El barco holandés fue remolcado ayer hasta una zona próxima a Viveiro (Lugo), cuyo alcalde rechazó «la forma» en la que se está gestionando el problema planteado por el buque. Estaba previsto trasladarlo a un punto cercano abrigado de vientos y oleaje, lejos de poblaciones. En él se podrán abrir las escotillas y detener con agua la fermentación del abono.

Como medida provisional, el remolcador Alonso de Chaves regó durante el trayecto el casco del Ostedijk, que seguía despidiendo gas. Mientras, Salvamento esperaba anoche un plan de actuación diseñado por el armador del buque, pues para la limpieza se precisa que la tripulación abra las escotillas. Los ocho marineros fueron ayer evacuados a un buque cercano, el Don Inda, y el capitán fue hospitalizado tras respirar gases.

‘No es contaminante’

El barco holandés lleva 6.000 toneladas de fertilizantes en sus bodegas, que están fermentando desde el pasado sábado y emitiendo gases. La directora de Salvamento Marítimo y portavoz del gabinete de crisis –conformado por la Xunta y el Gobierno–, Pilar Tejo, reiteró que «los gases no son tóxicos ni contaminantes para la población o el medio ambiente, sino irritantes».

Añadió que la extinción de la combustión interna de la carga se hace en el mar como «medida de seguridad adicional», para «evitar que el gas llegue a la población».

Desde el gabinete se reconoce que la refrigeración podría prolongarse «bastante tiempo».

Si no se descompone del todo el fertilizante, «no se descarta» un «trasvase» de la carga a otro barco.

La hipótesis oficial sobre el origen de la combustión señala a unas tuberías de fuel que recorren la bodega, cuyas altas temperaturas hicieron que el abono fermentarse y comenzase a emitir un gas por el que cuatro marineros tuvieron que ser evacuados el domingo y atendidos por problemas respiratorios.

Reacciones

Gobierno: «No entrará en una ría o puerto hasta que esté controlado» afirma la ministra Magdalena Álvarez.

Oposición: «Es una grave equivocación acercarlo», dicen desde el Partido Popular de la localidad lucense de Viveiro.

Generalitat: El Gobierno valenciano quiere que «se impida al Ostedijk» que llegue a aguas de la comunidad.

Greenpeace: «Hay que verificar que está fermentando y no se está quemando», alertan los colectivos ecologistas.