La segunda jornada del FIB Heineken 2010 trajo sombreros y tórax tatuados. En la imagen, un fiber británico asiste el viernes al concierto de Triágulo de Amor Bizarro. Su espalda fue la más fotografiada por los reporteros en esta XVI edición.
Clara HernándezIan Brown suplió su fragilidad vocal con una banda de músicos sobresalientes, un buen repertorio -el de su último álbum, 'My Way'-, y chulería.
Clara HernándezDesde el escenario más pequeño del festival -el Eastpak FIB Club- el dúo JJ protagonizó el viernes uno de los conciertos más curiosos de la jornada. La pareja comenzó ofreciendo una muestra de su indy pop dulce con correción. Poco después el componente masculino de la banda, tras acariciar y besar varias veces a la cantante, decidió desertar del escenario. La joven Elin, sin instrumentos y provista de una buena dosis de sonidos enlatados, decidió continuar su actuación en formato karaoke. Tenía una sonrisa ausente y se encogió de hombros cuando recibió los aplausos del público. Puro hippismo.
Clara HernándezEs toda una leyenda. John Lydon, bajo su proyecto PIL, llevó la fiereza punk de su anterior banda, Sex Pistols, a uno de los escenarios del FIB. El antiguamente conocido como John Rotten sorprendió con su potencia vocal y su fusión bailable.
Clara HernándezPor primera vez en la historia del FIB, entre el público se podían ver algunos niños. Al parecer, para los padres británicos no es tan extraño acudir a estos eventos con sus hijos pequeños. Los españoles han tomado nota. En la imagen, un niño se introduce en el mundo ruidista y ligeramete atronador del directo de Triángulo De Amor Bizarro.
Clara HernándezEra una de las actuaciones más esperadas por parte de la prensa especializada. Cut / Copy sonó con corrección y puso fácilmente a todo su auditorio a bailar. Sorprendió en 'look' recatado de los componentes de la banda: las suyas fueron las camisas mejor planchadas de la muestra.
Clara HernándezUna fiber curiosea entre los puestos de abalorios y lentes ubicados dentro del recinto del festival. En la imagen, la adquisición más cotizada de esta edición: las gafas de sol de pasta. Si son rosas, mejor.
Clara HernándezLa jornada del viernes en el FIB tardó varias horas en adquirir color. Prácticamente hasta las 21.30 no comenzaron a llegar grandes grupos de fibers para asistir al concierto de Julian Casablancas, líder de The Strokes. El Sr. Chinarro, cuyo directo estaba fijado una hora antes, hubo de comenzar su actuación ante un auditorio vacío. La falta de movimiento hacía vaticinar lo peor.
Clara HernándezEl directo de Sunday Drivers protagonizó uno de los momentos más emotivos de la noche. Se trataba del último directo que la banda ofrecería antes de disolverse, y así se lo hicieron saber a su público. "No os separéis", gritaba éste.
FiberfibEl nombre de Ilegales se antojaba extraño en un escenario que unas horas después alojaría los sonidos de The Hacienda Night o DJ Pierre y Justin Robertson, a pesar de que su artífice, Javier Martínez, asegurara que muchas de las bandas que habían acudido al festival repetían los sonidos que había creado su banda más de dos décadas atrás. Ilegales ofreció una lección de buen sonido y veteranía. A pesar de que compitió en horario con el líder de The Strokes, presumió de un auditorio relativamente elevado. Después, en el backstage, su líder Javier confesó que Ilegales se disolvería próximamente. Sin embargo, ya tiene otra proyecto entre manos.
FiberfibLa costumbre nipona de utilizar un paraguas para protegerse del sol cuenta con sus adeptos entre el público del festival FIB Heineken de Benicàssim. Así es la globalización.
Clara HernándezMientras Hot Chip deslumbraba con sus ritmos bailones en el Escenario Verde, el espacio más grande de la muestra, Yacht & The Straight Gaze (en la foto) ofrecían desde uno contiguo una auténtica lección de contoneos gatunos, flexibilidad, locura andrógina y diversión.
Clara HernándezGoldfrapp ya había visitado el festival de Benicàssim con anterioridad, pero nunca con tantos brillos. La cantante, Allison, exhibió un llamativo traje recorrido por pequeñas piezas doradas mientras hacía volar su melena con un ventilador. Sus compañeros de banda, ataviados con mayas plateadas o con purpurina, y con camisas, no se quedaban atrás. Resultó un espectáculo a la altura de los mismísimos Scissor Sisters.
Clara Hernández