Apedreando al diablo. Peregrinos musulmanes lanzan las siete piedras contra el pilar que representa al diablo cerca de La Meca, uno de los rituales del haj o peregrinaje musulmán.
Ali Jarekji / ReutersHora punta para la fe. Buses aparcados en Arafat, cerca de la Meca, a donde han acudido este martes cerca de dos millones de peregrinos.
Hasan Sarbakhshian / APFiesta musulmana. Peregrinos musulmanes en el Monte de la Misericordia, en el centro de Arafat, cerca de La Meca. Han pasado aquí todo el día para recordar al profesa Mahoma, que en este mismo lugar se despidió hace 14 siglos para trasladarse a Medina.
Ali Jarekji / ReutersAmanecer sagrado. Peregrinos musulmanes en el monte Arafat, cerca de La Meca, para presenciar el amanecer en uno de los días más sagrados del peregrinaje o haj.
Ali Jarekji / ReutersFe masiva. Miles de peregrinos se dirigen a la gran mezquita de La Meca para la oración del viernes. Han llegado de todas partes del mundo para el haj, el peregrinaje anual que todo musulmán debe hacer la menos una vez en la vida.
Ali Jarekji / ReutersPeregrinos musulmanes alrededor de la Kaaba, durante la oración en la puesta de sol en la Gran Mezquita de la Meca, en Arabia Saudí. Alrededor de un 1,3 millones de peregrinos musulmanes han acudido a este lugar haciendo su hajj, como se llama a este peregrinaje, uno de los cinco pilares del Islam.
NABIL MOUNZER / EFESacrificio. Carniceros palestinos sacrifican ovejas para la fiesta que culmina el haj, la peregrinación musulmana, en la ciudad cisjordana de Yenín.
Mohamad Torokman / ReutersVenta. Un palestino vende una oveja en la ciudad cisjordana de Yenín, en vísperas de la Fiesta del Sacrificio, que marca el final del haj o peregrinaje musulmán. Se sacrifican ovejas, cabras, camellos o vacas para recordar al profeta Abraham, que según la Biblia estuvo dispuesto a sacrificar a su hijo por orden de Dios.
Mohamad Torokman / Reuters