El disfraz se llama 'Enfermera sexy' y está disponible para cuatro rangos de edad: de uno a tres años, de cuatro a seis, de siete a diez y de once a catorce. Viene acompañado de una imagen que ha sido manipulada para mostrar el rostro de una niña en el cuerpo de una mujer adulta con unas curvas que no se corresponden en absoluto a los rangos de edad indicados. Ha sido el que más polvareda ha levantado, con declaraciones incluso de Ada Colau asegurando que los disfraces sexis para las niñas "también son violencia machista". Facua ha pedido a la Fiscalía que investigue este disfraz de enfermera, distribuido por la empresa Disfraces Alegría SL con sede en un polígono de Fuenlabrada.
PATRICIA RIVERA"Estos disfraces llaman tanto la atención porque son niñas muy pequeñas a las que se sexualiza", asegura Yolanda Iglesias, experta en género y máster en políticas de igualdad que lleva veinte años trabajando con distintas asociaciones de mujeres. Iglesias ve lógico que cada vez estos productos aparezcan al tiempo que se incrementan las críticas: "saltan las alarmas porque vamos avanzando y se va creando cierta conciencia. Las sociedades son muy contradictorias. A la vez que la sociedad se vuelve más hedonista y el culto a la belleza se traslada también a los hombres, hay una mayor denuncia sobre estos temas".
El laboratorio de mamáLa maestra Alba Alonso Feijoo, que mantiene la web reivindicativa Real Kiddys y es autora de una tesis sobre los estereotipos de género en la literatura infantil, recalca que las profesiones están especialmente estereotipadas. "Los disfraces más profesionales van dirigidos casi siempre a los niños, con fotos de chicos, aunque las niñas también se los podrían poner y aparecer. Y si hay una versión para niñas, va a ser ajustada y con falda, cuando tú no ves casi nunca por ahí a una policía con falda y tacones. No es una hipersexualizacion exagerada, pero sí que es algo sin sentido. ¿Dónde ves una enfermera que vaya con faldita?", explica
JORGE PARÍSLa maestra Alba Alonso, impulsora de la campaña #SoyQuienDecide, hacer ver que además "en los catálogos aparecen maquilladas, no exageradamente, pero sí pintadas. ¿Para qué? Y luego están con actitudes de niña mona, como que la belleza siempre es lo importante. Las poses de las niñas me dan repelús. Deberían aparecer jugando".
JORGE PARÍSLas críticas también alcanzan a otro tipo de disfraces que incluso pagan caras licencias y que se venden en establecimientos de mayor postín. Disfraces de profesiones, superheroínas y princesas que también aparecen ajustadas y con minifaldas, y suelen ir acompañados en cajas y catálogos con fotos promocionales que no muestran precisamente a las niñas en actitud de juego y jamás ponen una foto de una niña dentro del traje de Spiderman o de un niño en uno de princesa, aunque los disfraces también sean juguetes sin género.
WARNER"Es importante pensar un poco qué le estas transmitiendo en cuanto a autoestima a tu hija poniéndole un disfraz de bombera que realmente no llevan las bomberas. Le estás diciendo que vale en función de lo que los demás opinen de ella", concluye la experta Yolanda Iglesias.
JORGE PARÍSGemma Almena, psicóloga y orientadora en varios centros escolares públicos apunta otra posible consecuencia de esta sexualización temprana: "Al final lo que hacemos es reducir el mundo del niño a nuestro mundo y nuestros tabúes y prejuicios y eso, efectivamente, recorta la infancia. Las niñas se ven muy perjudicadas, porque empiezan a tener unas conductas de imitación mucho antes de lo que corresponde y muy orientadas a un tipo de rol de la mujer que se mueve en torno a los conceptos machistas: tenemos que estar sexys, preparadas, guapas, para que la sociedad nos acepte. Como objetos de admiración".
PATRICIA RIVERA