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Aunque hay algunos privilegiados que ya están disfrutando de las ansiadas vacaciones veraniegas, agosto es el mes por excelencia de las familias españolas para viajar, bien sea a su segunda residencia, a un destino remoto en el que desconectar, a un nuevo país por descubrir o a un lugar lleno de aventuras en el que exprimir al máximo los días libres.
Para quienes todavía no han planificado sus vacaciones, o para quienes ya las han disfrutado, pero tiene en mente su próxima escapada, existen algunas cuestiones clave a tener en cuenta, como qué destinos son de obligada visita, qué presupuesto puedo llegar a gastar en el lugar escogido o cuál es el mejor lugar para descansar tras pasar un buen día de vacaciones.
Imprescindible: el Camino de Santiago
El Camino de Santiago es, sin duda, una experiencia altamente recomendable para aprovechar las vacaciones estivales. El buen tiempo invita a realizar este viaje, en cuerpo y alma, hasta Santiago de Compostela, disfrutando de rutas espléndidas entre cumbres majestuosas, frondosos bosques, campos dorados, aguas cristalinas y ciudades medievales llenas de patrimonio.
Eso sí, antes de comenzar, es esencial cierta preparación física, portar en la mochila lo estrictamente necesario para que el peso no dificulte la caminata y llevar un buen calzado, pues los pies son los que más sufren en este viaje. En función del tiempo disponible y de la capacidad de cada uno, conviene planificar las etapas, calculando kilómetros y alojamientos disponibles durante todo el trayecto.
El Camino Francés es la ruta por excelencia, aunque existen otras opciones para llegar hasta la capital gallega: el Camino Primitivo, el Camino del Norte, la Vía de la Plata, el Camino Sanabrés, el Camino Vasco, el Camino Portugués, el Camino Catalán por San Juan de la Peña, el Camino Baztanés, el Camino Inglés y el Camino de San Salvador. Tras alcanzar Santiago, muchos peregrinos continúan la ruta hacia Finisterre, un epílogo perfecto para concluir el viaje y admirar las imponentes y agitadas aguas del Atlántico.
el destino más asequible
El presupuesto es uno de los principales condicionantes a la hora de realizar un viaje. En ese sentido, no solo hay que tener en cuenta el precio del viaje en sí mismo (transporte, alojamiento), sino el nivel de vida del país que se visita y el valor del dinero en el destino turístico elegido.
Para ello, hay un indicador muy curioso a la par que efectivo: el índice Big Mac. Se trata de un ranking que elabora la revista especializada The Economist en base al precio de la hamburguesa más popular del mundo en distintos rincones del planeta. Comparando el precio entre unos países y otros, el viajero puede hacerse una idea del coste de vida. Así, teniendo en cuenta los datos de 2021, Suiza y Suecia figuran entre los destinos más caros, pues tienen la hamburguesa más cara, y Sudáfrica y Turquía los más económicos, pues el precio de este bocado es mucho más bajo.
El índice Big Mac mide el coste de vida de un país en base al precio de la hamburguesa más popular del mundo
Este índice basa su sistema en la teoría de la paridad del poder adquisitivo (PPA), que señala que un dólar debe comprar la misma cantidad de bienes o servicios en todos los países. El Índice Gini, el Índice de desarrollo humano (IDH) o el Better Life Index son otros de los indicadores que se pueden tener en cuenta para viajar a un destino asequible.
el alojamiento perfecto
Una vez escogido el destino, sea de carácter nacional o internacional, toca escoger un buen alojamiento en el que poder descansar después de disfrutar de una intensa jornada turística.
El hotel suele ser la opción más común y también la de mayor coste. Eso sí, también es sinónimo de confort, de largos desayunos en el buffet libre, servicio de habitaciones… Mas económicos resultan los hostales, que ofrecen habitaciones que también cumplen con todas las necesidades del viajero y son el plan perfecto para el turismo más local.
Los apartahoteles ofrecen los mismos servicios, con la ventaja adicional de disponer de una cocina, lo que da mayor libertad de horarios y puede suponer algo de alivio para el bolsillo al no tener que realizar todas las comidas en bares y restaurantes. Son una excelente opción si se viaja en familia o con amigos.
Las casas rurales permiten desconectar en un entorno natural privilegiado
Si el destino está en plena naturaleza, no hay nada mejor que una casa rural, ideal para disfrutar de una escapada con la familia o con amigos y desconectar en un entorno natural privilegiado, con todas las todas las posibilidades de una casa particular.
Para disfrutar del aire libre también existe la opción de camping, que además resulta más económica, aunque implica llevar consigo todo lo necesario: tienda, colchón o saco de dormir, linterna, utensilios de cocina, etc… La mayoría de los campings cuentan con zonas comunes, así como un pequeño mercado con productos de primera necesidad.
Ambas opciones son una excelente opción si se es un amante del deporte, ya que por la zona es muy probable que haya una buena ruta de senderismo, un barranco, una ruta BTT o un rincón único donde realizar escalada.
Eso sí, si se busca un alojamiento realmente especial en la naturaleza nada mejor que disfrutar de toda una experiencia en una cabaña en el árbol. Un plan perfecto para ir en pareja a disfrutar de una noche romántica en un entorno único en medio de un bosque.
De todas las opciones disponibles, la opción más económica resulta sin duda el albergue, que cuenta con los servicios básicos necesarios y es ideal si se viaja en ruta, para estancias de una sola noche.
