Bubba Watson ha atravesado la semana más feliz de su vida: hace dos semanas él y su mujer, Angie, adoptaron un niño con un mes de vida y este domingo se enfundó en la Chaqueta más preciada del golf mundial, en Augusta y tras el duelo final del desempate.
El jugador de Bagdad (Florida), de 33 años, no paró de llorar desde que embocó el último 'putt', el ganador, en el segundo hoyo de la muerte súbita que disputó con el sudafricano Louis Oosthuizen, el campeón del Open Británico de 2010.
Bubba fue hombro por hombro secándose las lágrimas. Desde ahora estará de por vida jugando el Masters. El club le da la bienvenida eterna al 'pegador' más potente del Tour estadounidense, famoso por su 'driver' de color rosa, heterodoxo también en sus formas y gustos pero un golfista de pies a cabeza.
El triunfo de Watson -cuarto en su palmarés- es el quinto de un jugador zurdo en las últimas 11 ediciones. Le precedieron el canadiense Mike Weir (2003) y los tres títulos de Phil Mickelson (2004, 2006 y 2010).
Poco antes de los sollozos incontrolables de Bubba, su 'aproach' en el segundo hoyo del desempate bajo los árboles, tras su escapada desde el 'tee', fue el segundo mejor golpe de la jornada y del torneo.
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