Hubo un tiempo, no muy lejano, en el que las jornadas de descanso en las carreras ciclistas eran algo completamente aleatorio. Los organizadores recurrían a ellas, o a ella porque más de un día era raro, más por temas logísticos que por respeto al descanso del guerrero. Luego llegó la Unión Ciclista Internacional, abordó el asunto, lo reguló y lo más normal del mundo es ver que las carreras de tres semanas tienen sus dos jornadas de descanso. Aunque siguen siendo más que explotadas para las más diversas labores logísticas y de traslados.

En Zaragoza, donde hizo escala este martes la carrera entre la montaña de Granada y la crono aragonesa de Tarazona, el cuarentón estadounidense Chris Horner puede presumir de liderato y echa sus cuentas después de haber distanciado a todos en Hazallanas con un ataque en el que nunca perdió tiempo cuando llegó la reacción de Nibali. "Lo más difícil para mí es la crono y sin una buena contrarreloj, sería difícil ganar la general. Aunque nadie está a salvo de un mal día", dice. "Todos estamos sorprendidos con Horner", dice Alejandro Valverde, la primera baza española en la general, cuarto, de momento. No dice que por edad, por palmarés y por muchas cosas. Pero muestras la sorpresa. "Nadie contaba con que estuviera tan fuerte. Personalmente tengo que darme por contento, porque aún peleo por la general. Queda mucha montaña por delante. El rendimiento de Horner me sorprende, pero con Nibali, que está muy bien, con Basso, Purito y yo, aún pueden pasar muchas cosas. Para mí, los Pirineos son los tres días más duros de toda la Vuelta".

Y Purito Rodríguez, el catalán, para el que la carrera llega ahora a su tierra y a sus puertos, los andorranos, afirma que no termina de estar todo lo bien que quisiera pero que confía en mejorar: "No es que me haya faltado nada hasta ahora, es que me han sobrado rivales. Ahora mismo no estoy para ganar. No estoy en el punto que esperaba, pero seguro que vendrá. Hay que esperar a que los rivales se vengan abajo, porque hasta ahora han sido superiores".

Salvo Horner, sorprendente para todos, el italiano Vincenzo Nibali (Astaná) ha confirmado sobre el asfalto su ambición y su fortaleza, si bien de momento está segundo en la general: "Afronto la crono con optimismo. La contrarreloj es difícil, pero me encuentro bien. La primera parte es en subida y hará falta potencia, luego el descenso es veloz hasta meta. Cancellara puede tener una oportunidad. Yo espero mantener las distancias o coger algunos segundos". Cancellara es compañero de equipo de Horner. Y claro, el factor referencia siempre está ahí.

Su compatriota Ivan Basso, renacido en esta Vuelta, sólido, ofensivo y de momento séptimo en la general, está satisfecho con su actuación. "Estar siempre en las primeras posiciones en las etapas más duras es una importante inyección de confianza para mí. Es algo que me ayuda a mirar a las próximas etapas con serenidad. Lo que está previsto para los próximos días va a ser muy duro. Las diez primeras etapas fueron difíciles también, por supuesto, pero los Pirineos marcarán un antes y un después".