Tal y como sucede al clausurar unos Juegos Olímpicos, parece que los últimos son siempre los mejores, pero existe una corriente de opinión que afirma haber vivido en esta edición de la Vuelta la mejor carrera de la historia. Todo apunta a que ha sido así.

El podio, completamente español, no ha impedido que el espectáculo se haya amplificado, especialmente en las cumbres. Siempre funcionó la fórmula de un buen extranjero contra un buen español, pero esta vez no ha hecho falta.

El británico Chris Froome ha llegado hasta donde ha podido y tanto Contador, como Valverde, como Purito han otorgado a la ronda española el lustre que no tenía desde hace décadas. Además, Purito y Valverde murieron de pie. Su raza ha hecho un favor notable al desenlace de la carrera.

Valverde ha dicho: "No sé si ha sido la mejor de la historia, pero ha sido una Vuelta buenísima". Más rotundo ha sido Javier Guillén, el director general: "Es la mejor Vuelta que hemos creado nunca".

Por su parte, Alberto Contador ha hablado de etapas que pasarán a la historia del ciclismo. Todo se ha envuelto en un halo de espectáculo y de magia que ha enganchado a la gente desde el primer día.

El público en las carreteras lo ha demostrado jornada a jornada. Tal vez en Galicia es donde más ha respondido la afición. Valladolid también fue otra llegada espectacular, con la ciudad en plenas fiestas.

Desde las vueltas en que venían Luis Ocaña y el belga Eddy Merckx para "atizarse" desde el primer día, o las del francés Bernard Hinault en pugna con Julián Gorospe y Marino Lejarrera no había tanta expectación en una Vuelta a España.

Respecto al seguimiento mediático, también ha sido una carrera muy interesante. Medios de comunicación ingleses, franceses, japoneses, belgas, estadounidenses, y un impresionante despliegue de los medios españoles ha hecho que las salas de prensa en algunas ciudades se asemejaran a las del Tour de Francia.

Y hablando del Tour, la diferencia de espectáculo entre una carrera y otra en las ediciones de este año ha sido abismal. Aquí no ha habido jornadas de transición, ni semanas de aburrimiento esperando un esprint irrelevante. Aquí siempre ha habido algo que rascar. Todos los días.

Y todo se ha concentrado en el norte de la península. Ha tenido un recorrido con siete llegadas en alto y los contrarrelojistas apenas han contado con 40 kilómetros para su lucimiento. Joaquim "Purito" Rodríguez ha sido, de largo, el gran animador de la ronda.

El punto más al sur lo ha tenido hoy en el Paseo de la Castellana de Madrid, La organización buscaba espectáculo a toda costa y lo ha encontrado. Sin duda. Recuperó los Lagos de Covadonga y la Bola del Mundo y presentó sus principales descubrimientos de montaña en el Collado de la Gallina (Andorra) y el Cuitu Negru (Asturias).

Estuvo de nuevo en el País Vasco después de su reencuentro del año pasado, tras 33 de ausencia. El Alto de Arrate probó a los escaladores y fue la subida con más afición en las cunetas, las "tribunas de la carretera".

La "liebre" saltó el día menos esperado. Un ataque temerario de Alberto Contador en el Collado de la Hoz, a 52 kilómetros de meta, reventó la carrera y le otorgó al madrileño la camiseta roja.

Por último, esta ha sido la Vuelta en la que más corredores han finalizado (175), pese a la dureza y el calor extremos desde la misma salida en Pamplona. De eso hace ya veintitrés días. La Vuelta 2012 ha terminado. Pasa de las carreteras a los libros.