La flota de ocho equipos que participa en la décima edición de la Vuelta al Mundo de Vela partirá hoy desde Alicante para afrontar una primera y exigente etapa hasta Ciudad del Cabo (Suráfrica), donde está previsto que lleguen dentro de algo más de tres semanas.

Esta etapa, la segunda más larga de toda la competición con 6.500 millas náuticas (12.039 kilómetros), llevará a la flota a salir por primera vez por el Mediterráneo para atravesar el importante escollo del Estrecho de Gibraltar y poner rumbo a la isla Fernando de Noronha, primera meta puntuable, para continuar a su destino.

Los dos barcos encargados de defender a España en esta Vuelta al Mundo, que consta de 37.000 millas náuticas y durará nueve meses, parten como favoritos, sin olvidar el estadounidense Puma Ocean Racing, con su imponente embarcación rojinegra llamada Il Mostro.

El famoso regatista Pedro Campos, al timón de los dos barcos de Teléfonica, definió con una contundente frase la extrema dureza de esta competición. "Una sola etapa de la Vuelta al Mundo dura más que todo el Tour de Francia", dijo.

Pepe Ribes, tripulante del Azul, no duda en corroborarlo: "Esta edición va a ser la más salvaje de la historia, sobre todo por las dos etapas de China".

El cañonazo de salida supondrá la culminación del trabajo realizado en los últimos años por la ciudad de Alicante, que ha tomado el relevo de Sanxenxo y Vigo como puerto de arranque de una Vuelta al Mundo, que por segunda vez en su historia saldrá desde las costas españolas y no desde un puerto inglés.

Por la bahía alicantina

Antes de arrancar propiamente la etapa, el público que acuda a las instalaciones del puerto alicantino podrá ver cómo la flota tendrá que hacer varios recorridos por la bahía de Alicante, con dos puntos en común, una baliza en el Cabo Huertas al este, desde donde pondrán rumbo a la playa del Postiguet, frente al espigón del muelle del 'Village' en Alicante.

Con la delimitación de estas dos balizas, los espectadores pueden seguir la regata en tierra desde diferentes emplazamientos, como el nuevo Paseo Volado del 'Village', la playa del Postiguet, el Castillo de Santa Bárbara o el mismo Cabo Huertas.

Una vez vencidos los caprichos otoñales del Mediterráneo y del siempre complicado Estrecho de Gibraltar, la flota tendrá que lidiar con los famosos 'doldrums' o zonas de calma ecuatoriales y con el paso de la meta volante de Fernando de Noronha (Brasil), así como beneficiarse de los Alisos y sortear el anticiclón Santa Elena.

Posteriormente, la flota se apresurará hacia el sur para alcanzar cuanto antes el viento del oeste y seguir el rastro de las tormentas del hemisferio sur, antes de tomar rumbo este hacia Ciudad del Cabo.

Si la suerte les acompaña, mantendrán la brisa durante todo el trayecto, aunque la montaña Table Mountain es famosa por frenar a la flota en seco cuando ya tienen avistada la línea de llegada en la ciudad surafricana, prevista para el 3 de noviembre.

La flota se enfrenta en tierra a los fenómenos meteorológicos adversos previstos, vientos de alta intensidad, acompañados de fuertes tormentas que pueden afectar a la preparación final de los participantes.