Vincenzo Nibali se viste de rosa tras la victoria de etapa del inglés de Movistar Alex Dowsett

  • Beñat Intxausti perdió cuatro minutos y con ellos el liderato.
  • Wiggins era el gran favorito pero llegó a 10 segundos de su compatriota.
  • Cadel Evans es segundo en la general y Gesink es cuarto.
Vincenzo Nibalia, del Astaná, con la maglia rosa de líder del Giro de Italia.
Vincenzo Nibalia, del Astaná, con la maglia rosa de líder del Giro de Italia.
EFE
Vincenzo Nibalia, del Astaná, con la maglia rosa de líder del Giro de Italia.

El británico Alex Dowsett (Movistar) dio la sorpresa en la octava etapa del Giro, una cronometrada individual de 54,8 kilómetros, al conseguir el mejor tiempo, mientras que el italiano Vicenzo Nibali (Astana) se convirtió en el nuevo líder de la carrera.

Alex Dowsett invirtió una hora, 16 minutos y 27 segundos en el recorrido entre las ciudades de Gabicce Mare y Saltara. Tras él se clasificó su compatriota y gran derrotado, el campeón olímpico Bradley Wiggins, a 10 segundos, el estonio Tanel Kangert a 14 y el italiano Vicenzo Nibali a 21.

El español Beñat Intxausti (Movistar) necesitó cuatro minutos más que su compañero y ganador de la etapa.

Wiggins, cuarto en la general

La general queda con Nibali al frente, seguido del australiano Cadel Evans (BMC) a 29 segundos, el holandés Robert Gesink (Blanco) a 1:15, el británico Bradley Wiggins (SKY) a 1:16, el italiano Michel Scarponi (Lampre) a 1:24 y el vencedor de la pasada edición, el canadiense Ryder Hesjedal (Garmin) a 2:05 minutos.

La crono ha servido para hacer una primera selección y las diferencias, sin ser excesivas entre los aspirantes al podio, sí fueron mayores de lo esperado, ya que, a excepción de Wiggins, tanto Nibali como Evans, Gesink, Scarponi y Hesjedal son de características muy parejas en esa modalidad ciclista.

El triunfo de Dowsett, nacido hace 24 años y campeón de su país los dos últimos en la prueba de contrarreloj, fue una sorpresa, pero no tanto para los que lo conocen, aunque en esta ocasión se midió a su compatriota Wiggins, considerado en estos momentos el mejor en esa modalidad.

Dowsett fue uno de los primeros en salir y su tiempo, en una mañana soleada que invitaba al ciclismo, parecía que iba a ser el bueno, ya que cuando empezó el desfile de los candidatos al triunfo por los diferentes puntos intermedios no podían superarle.

Intxausti, misión imposible

En el lado contrario estaba su compañero de equipo y líder en la salida, Beñat Intxausti. No aguantó la presión de la camiseta rosa y desde las primeras pedaladas dejó claro que mantenerla era una misión imposible. A mitad de carrera, en el kilómetro 26, ya se dejaba un minuto con respecto a Nibali.

Hasta que salió el gran favorito Bradley Wiggins el mejor crono estaba en poder de su compatriota Alex Dowsett (Movistar) en una hora, 16 minutos y 27 segundos.

Wiggins afrontó la contrarreloj con la intención de apartar la mala suerte que le persiguió los últimos días en forma de averías mecánicas y caídas, pero no lo consiguió.

Aunque tuvo que cambiar de bicicleta a las primeras de cambio, no tuvo problemas para coger pronto su mejor postura aerodinámica y encontrar la combinación perfecta en los desarrollos. Prueba de ello es que dobló al italiano Danilo di Luca cuando tan sólo había recorrido una docena de kilómetros.

La galopada del campeón olímpico se vio nuevamente frenada a mitad de carrera, en el kilómetro 26, cuando volvió a tener problemas con el cambio y necesitó 52 segundos más que Dowsett en ese punto.

Entre avería y avería, Wiggins cedió cerca de medio minuto y perdió la cadencia en su pedaleo, aunque en la parte final, en el último kilómetro, con algunos tramos donde el desnivel llega al once por ciento y con pavés, recuperó tiempo, pero no logró la victoria como era su objetivo.

Wiggins se quedó con la miel en los labios y sus más directos rivales, Nibali, Evans, Gesink y Hesjedal, eran conocedores de los registros y penalidades del gran favorito y apuraron al máximo sus fuerzas utilizando grandes desarrollos.

El repecho final

Una táctica que en algunos casos pasó factura, como le ocurrió a Scarponi y al vencedor de la última edición, Hesjedal, ya que tuvieron algún que otro problema para superar el repecho final que conducía a meta.

A pesar de todo, estuvieron en sus marcas y no perdieron excesivo tiempo, algo que no sucedió en el caso del español Samuel Sánchez (Euskaltel Euskadi), en la salida uno de los favoritos para el podio final de Brescia, que en la crono estuvo más que discreto al necesitar 3:17 minutos más que Dowsett.

La novena etapa unirá las ciudades de Sansepolcro y Florencia, con 170 kilómetros de recorrido. Está considerada de media montaña, con los altos de Vallombrosa (1a.), Venta le Croci (3a.) y Fiesole (4a.), todos ellos en la segunda parte de la jornada.

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