En medio de la vorágine liguera, con las intensas luchas por los puestos europeos y, sobre todo, por evitar el descenso, este fin de semana pasaron desapercibidos dos partidos. Por un lado, la enésima hecatombe del Real Madrid, que esta vez donde perdió fue en Anoeta. Y por el otro la triste, tristísima, victoria del Barça. Ganar al Getafe no fue consuelo tras la debacle en la Champions.

Son ambos casos diametralmente opuestos, pues mientras que la temporada blanca no tiene otro calificativo que el de desastre absoluto, la del Barça, vista con perspectiva, ha sido muy buena, con la Liga ya en el bolsillo, la final de la Copa aún por disputarse y quedando entre los cuatro mejores del continente.

Pero Anfield lo ha cambiado todo en la Ciudad y va a hacer que el verano sea tan convulso, o más, que en elReal Madrid. Los blancos al menos tienen claro quién será el que estará al frente de su proyecto, un Zinedine Zidane recibido como el mesías y que tiene todo el crédito del mundo. Sin embargo, el Barça no puede decir lo mismo, con un Ernesto Valverde muy cuestionado tras la segunda debacle europea consecutiva.

La situación con el técnico es muy extraña. En dos años, ha ganado las dos Ligas que ha disputado y puede hacer también doblete en Copa (tiene que ganar el 25 de mayo al Valencia). Y, pese a todo, tiene a la afición dividida y su continuidad no está nada clara.

El otro gran señalado tras la goleada en Liverpool es Philippe Coutinho. No tanto por su eliminatoria ante los ingleses, que no fue nada buena, como por su mala temporada en términos generales. El brasileño, el fichaje más caro de la historia del Barça (160 contando las variables) lleva algo más de un año y parece totalmente sentenciado. Salvo sorpresa mayúscula, saldrá en verano para hacer caja, todavía tiene buen mercado.

Y con el dinero de Coutinho, el que podría llegar es... Antoine Griezmann. Este verano se avecina una segunda parte del famoso (y criticado) 'The Decision'. Los rumores sobre un posible fichaje del galo por el Barça vuelven a ser constantes. Los culés le necesitan para arropar mejor a Messi, y el Principito quiere títulos tras un año muy alejado de ellos.

Con De Jong fichado ya, puede haber cambios y más fichajes en el centro del campo. A Busquets se le ha visto demasiado solo como mediocentro, Rakitic no termina de convencer y de Arturo Vidal no gusta que no responde al 'estilo Barça'. De Ligt, el joven central estrella del Ajax dos laterales y un portero suplente son otros de los objetivos del Barça.

Y en el Real Madrid la revolución ya está en marcha y a punto de explotar. Zidane no para de lanzarle indirectas a Bale para dejarle claro que no le quiere el año que viene y ayer el club blanco le comunicó a Keylor Navas que no cuenta con él para la próxima temporada. La idea es que no haya debate en la meta, con Thibaut Courtois como indiscutible.

El primer crack que llegará será Eden Hazard. Lo hará a cambio de 100 millones y después de la final de la Europa League que el Chelsea juega el 29 de mayo, según informó el diario L'Equipe. Con el central Militao ya cerrado, el resto de fichajes apuntan a culebrones con Paul Pogba, Luka Jovic y Neymar como primeros protagonistas.

El problema será la operación salida, que apunta a problemática y quizás a dramática, pues pueden salir pesos pesados, muy pesados. Eso sí, Zidane no suelta prenda, y salvo las claras insinuaciones sobre Bale, Ceballos y Llorente, el resto son una incógnita. Veteranos como Marcelo, Luka Modric, Toni Kroos o Isco podrían salir. Lo mismo que jóvenes que han decepcionado, como Marco Asensio. Otros, como Brahim, podrían salir cedidos. De momento, más especulaciones que certezas.